miércoles, 29 de marzo de 2017

MATILDE



Para ilustrar la realidad degradante que genera el capitalismo al género humano, tomaremos como referencia a una mujer, real, existente, a quien llamaremos Matilde. Ella tiene 36 años y su pareja Juan, la misma edad.
Juan tiene una pequeña tortillería en la cual Matilde trabaja de 6.30 am a 7 pm para que ella mantenga a “sus” hijas porque Juan no es el padre biológico de sus seis hijos, razón por la cual  ella no puede estar con sus cuatro hijas menores durante todo el día, si acaso, una o dos veces por semana llega a la casa por las tardes a lavar su ropa y la de Juan.
Sus hijos son un adolescente de 17 años que ya vive aparte con su joven pareja y cinco hijas de 16, 12, 11, 10 y 7 años, la primera también ya se juntó con un muchacho de la misma edad y ya tienen un hijo que cuenta con un año de edad lo que quiere decir que se embarazó cuando tenía 14 años.
Matilde, ha trabajado desde que tenía 14 años de edad cuando se vio en la necesidad de salir de un pueblo de una de las sierras de México.
Llegó como la mayoría de las niñas y jóvenes a la capital, la Ciudad de México en aquél entonces conocida como el Distrito Federal, en donde gracias a una tía encontró trabajo ayudando en la limpieza y el lavado de ropa en una casa en donde la patrona poco le pagaba en comparación con lo que ella hacía, además de que no tenía un solo día libre para salir y conocer, sí, conocer… la ciudad, el metro del que ya le habían hablado y el bosque de Chapultepec con sus animales tan extraños que jamás hubiera podido imaginar.
Ni los pudo conocer entonces porque conoció a José el papá de su primer hijo, 15 años y ya tenía un hijo y ni como regresar al pueblo, vivió con José un tiempo y de esa unión  nació una niña, ya eran dos hijos y José, un mal día desapareció y jamás ha vuelto a saber de él.
Con muchas dificultades trabajaba y cuidaba de sus niños cuando conoció a Rafael, con él tuvo dos hijas más, pero como sólo daba el gasto para sus hijas y a ella no le alcanzaba para los otros dos, lo mandó “a volar”, pasó un tiempo sola otra vez trabajando, siempre trabajando en lo que cayera hasta que conoció a Felipe, que le bajó el cielo y las estrellas y al principio le ayudaba para sostener a sus hijos que ya empezaban a ir a la escuela así que decidió probar suerte y se juntó con Felipe del cual tuvo otras dos niñas y empezaron las dificultades.
A Felipe lo corrieron del trabajo porque hicieron ajuste de personal, y a buscar chamba… que nunca encontró, así que según él para no ser una carga más se fue de “mojado” y dijo que de allá mandaría dinero para sus hijas. El hecho es que ni mandó dinero, ni regresó.
Ya con sus seis hijos, a Matilde se le hacía cada día más difícil la situación y aunque se las había arreglado sola durante cuatro años siempre había soñado con encontrar un hombre que la quisiera de verdad, que la ayudara con sus hijos, que la respaldara porque ella todavía tenía fuerzas para trabajar así que de dinero no se trataba.
Un día conoció a Juan, él tenía una tortillería y le dijo que la quería, creyó encontrar lo que tanto había buscado y se juntaron, compraron un terreno en el que construyeron dos cuartos, una cocinita y el baño todo techado con lámina de cartón con una puerta y una pequeña ventana a donde llegaron a vivir ya sin su hijo mayor pues se acababa de juntar con su novia y se fue a vivir a la casa de sus suegros.
Martha, su segunda hija de 14 años estaba estudiando el tercer año de secundaria cuando quedó embarazada de su novio, un joven de la misma edad que se ha hecho responsable de su hijo, solo pidió que lo dejaran terminar la secundaria para llevarse a Martha a la casa de sus papás, lo que hizo una vez terminado el ciclo escolar.
Mientras tanto, Martha cuidaba a sus cuatro hermanitas en su casa, preparaba las dos comidas que acostumbran, bañaba a la más pequeña y le lavaba la ropa, a las otras tres les enseñaba a lavar su ropa y a peinarse, estaba al tanto de que hicieran la tarea, así hasta que llegó el término de su embarazo y poco después se fue a vivir a casa de sus suegros.
Ahora, Mileydi, Kimberly, Yasmín y Emperatriz, así les puso su mamá porque los nombres mexicanos, ya están muy “choteados”, se quedan solas en su casa, en la mañana se van a la escuela cuando alcanzan a despertar a tiempo para ir, regresan y Kimberly de 11 años hace el almuerzo para las cuatro, después se la pasan jugando, medio hacen la tarea y medio lavan su ropa.
Mileydi, casi no come, es delgada como varita de nardo porque dice que su mamá dice que quiere que sea modelo, se la pasa acostada cuando está en su casa porque se siente cansada o con dolor de cabeza y a veces llora o se enoja por cualquier cosa, pero… ella está bien, dice.
Yasmín, cumplió apenas diez años va en tercer año de primaria y no sabe leer aunque ya aprendió a escribir y todo lo copia pero después no sabe qué escribió. Le cuesta trabajo hacer cuentas, pero eso sí es la “jefa” de la casa y es la que dice qué hacer según la situación a la que se enfrenten.
Emperatriz, de siete años está en primer año de primaria, entró ya sabiendo leer, deletreando todavía pero sabe leer, sólo que en lo que va del año no ha mejorado. Al contrario cada vez deletrea más, copia muy despacio y no sabe distinguir las letras mayúsculas de las minúsculas.
Mientras… Matilde, su mamá, ya está pensando en separarse de Juan porque ya “le castra” y sus planes son irse a rentar, trabajar en su casa empacando, o cortando hilos o lo que sea ayudada por Mileydi que no estudiará ya la secundaria ¿para qué?, si a lo mejor, también, se embaraza como Martha y, enviará a sus tres hijas pequeñas a terminar la primaria y que digan que les fue bien.
Compañeros el presente relato tiene el propósito de conocer y discutir en torno a las miserias humanas y materiales que genera el capitalismo en donde se degrada al ser genérico.

Saludos de Noyoltipa.

Este relato es compartido desde la sección de Cartas de la Militancia del Periódico El Insurgente    No. 175 Órgano de análisis y difusión del Partido Democrático Popular Revolucionario y del Ejercito Popular Revolucionario a través de el Centro de Documentación de los  Movimientos Armados (CEDEMA.ORG).

Enlace El Insurgente No. 175:  http://www.cedema.org/uploads/El_Insurgente-175.pdf


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