Para ilustrar la realidad degradante que genera el
capitalismo al género humano, tomaremos como referencia a una mujer, real,
existente, a quien llamaremos Matilde. Ella tiene 36 años y su pareja Juan, la
misma edad.
Juan tiene una pequeña tortillería en la cual Matilde
trabaja de 6.30 am a 7 pm para que ella mantenga a “sus” hijas porque Juan no
es el padre biológico de sus seis hijos, razón por la cual ella no puede estar con sus cuatro hijas
menores durante todo el día, si acaso, una o dos veces por semana llega a la
casa por las tardes a lavar su ropa y la de Juan.
Sus hijos son un adolescente de 17 años que ya vive aparte
con su joven pareja y cinco hijas de 16, 12, 11, 10 y 7 años, la primera
también ya se juntó con un muchacho de la misma edad y ya tienen un hijo que
cuenta con un año de edad lo que quiere decir que se embarazó cuando tenía 14
años.
Matilde, ha trabajado desde que tenía 14 años de edad cuando
se vio en la necesidad de salir de un pueblo de una de las sierras de México.
Llegó como la mayoría de las niñas y jóvenes a la capital,
la Ciudad de México en aquél entonces conocida como el Distrito Federal, en
donde gracias a una tía encontró trabajo ayudando en la limpieza y el lavado de
ropa en una casa en donde la patrona poco le pagaba en comparación con lo que
ella hacía, además de que no tenía un solo día libre para salir y conocer, sí,
conocer… la ciudad, el metro del que ya le habían hablado y el bosque de
Chapultepec con sus animales tan extraños que jamás hubiera podido imaginar.
Ni los pudo conocer entonces porque conoció a José el papá
de su primer hijo, 15 años y ya tenía un hijo y ni como regresar al pueblo, vivió
con José un tiempo y de esa unión nació
una niña, ya eran dos hijos y José, un mal día desapareció y jamás ha vuelto a
saber de él.
Con muchas dificultades trabajaba y cuidaba de sus niños
cuando conoció a Rafael, con él tuvo dos hijas más, pero como sólo daba el
gasto para sus hijas y a ella no le alcanzaba para los otros dos, lo mandó “a
volar”, pasó un tiempo sola otra vez trabajando, siempre trabajando en lo que
cayera hasta que conoció a Felipe, que le bajó el cielo y las estrellas y al
principio le ayudaba para sostener a sus hijos que ya empezaban a ir a la
escuela así que decidió probar suerte y se juntó con Felipe del cual tuvo otras
dos niñas y empezaron las dificultades.
A Felipe lo corrieron del trabajo porque hicieron ajuste de
personal, y a buscar chamba… que nunca encontró, así que según él para no ser
una carga más se fue de “mojado” y dijo que de allá mandaría dinero para sus
hijas. El hecho es que ni mandó dinero, ni regresó.
Ya con sus seis hijos, a Matilde se le hacía cada día más
difícil la situación y aunque se las había arreglado sola durante cuatro años
siempre había soñado con encontrar un hombre que la quisiera de verdad, que la
ayudara con sus hijos, que la respaldara porque ella todavía tenía fuerzas para
trabajar así que de dinero no se trataba.
Un día conoció a Juan, él tenía una tortillería y le dijo
que la quería, creyó encontrar lo que tanto había buscado y se juntaron,
compraron un terreno en el que construyeron dos cuartos, una cocinita y el baño
todo techado con lámina de cartón con una puerta y una pequeña ventana a donde
llegaron a vivir ya sin su hijo mayor pues se acababa de juntar con su novia y
se fue a vivir a la casa de sus suegros.
Martha, su segunda hija de 14 años estaba estudiando el
tercer año de secundaria cuando quedó embarazada de su novio, un joven de la
misma edad que se ha hecho responsable de su hijo, solo pidió que lo dejaran
terminar la secundaria para llevarse a Martha a la casa de sus papás, lo que
hizo una vez terminado el ciclo escolar.
Mientras tanto, Martha cuidaba a sus cuatro hermanitas en su
casa, preparaba las dos comidas que acostumbran, bañaba a la más pequeña y le
lavaba la ropa, a las otras tres les enseñaba a lavar su ropa y a peinarse,
estaba al tanto de que hicieran la tarea, así hasta que llegó el término de su
embarazo y poco después se fue a vivir a casa de sus suegros.
Ahora, Mileydi, Kimberly, Yasmín y Emperatriz, así les puso
su mamá porque los nombres mexicanos, ya están muy “choteados”, se quedan solas
en su casa, en la mañana se van a la escuela cuando alcanzan a despertar a
tiempo para ir, regresan y Kimberly de 11 años hace el almuerzo para las
cuatro, después se la pasan jugando, medio hacen la tarea y medio lavan su
ropa.
Mileydi, casi no come, es delgada como varita de nardo
porque dice que su mamá dice que quiere que sea modelo, se la pasa acostada
cuando está en su casa porque se siente cansada o con dolor de cabeza y a veces
llora o se enoja por cualquier cosa, pero… ella está bien, dice.
Yasmín, cumplió apenas diez años va en tercer año de
primaria y no sabe leer aunque ya aprendió a escribir y todo lo copia pero
después no sabe qué escribió. Le cuesta trabajo hacer cuentas, pero eso sí es
la “jefa” de la casa y es la que dice qué hacer según la situación a la que se
enfrenten.
Emperatriz, de siete años está en primer año de primaria,
entró ya sabiendo leer, deletreando todavía pero sabe leer, sólo que en lo que
va del año no ha mejorado. Al contrario cada vez deletrea más, copia muy
despacio y no sabe distinguir las letras mayúsculas de las minúsculas.
Mientras… Matilde, su mamá, ya está pensando en separarse de
Juan porque ya “le castra” y sus planes son irse a rentar, trabajar en su casa
empacando, o cortando hilos o lo que sea ayudada por Mileydi que no estudiará
ya la secundaria ¿para qué?, si a lo mejor, también, se embaraza como Martha y,
enviará a sus tres hijas pequeñas a terminar la primaria y que digan que les
fue bien.
Compañeros el presente relato tiene el propósito de conocer
y discutir en torno a las miserias humanas y materiales que genera el
capitalismo en donde se degrada al ser genérico.
Saludos de Noyoltipa.
Este relato es compartido desde la sección de Cartas de la Militancia del Periódico El Insurgente No. 175 Órgano de análisis y difusión del Partido Democrático Popular Revolucionario y del Ejercito Popular Revolucionario a través de el Centro de Documentación de los Movimientos Armados (CEDEMA.ORG).
Enlace El Insurgente No. 175: http://www.cedema.org/uploads/El_Insurgente-175.pdf
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