“Es
preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños.
De
examinar con atención la vida real,
de
confrontar nuestra observación con nuestros sueños,
y de
realizar escrupulosamente nuestra fantasía”.
Lenin.
Lenin fue un gran sabio en la revolución
y un revolucionario en la ciencia. Que enriqueció con nuevas conclusiones y
tesis todas las partes integrantes del marxismo: la filosofía, la economía
política y el comunismo científico. Esa es la razón de que sean absolutamente
insostenibles las tentativas y esfuerzos pueriles de los ideólogos burgueses y de
los revisionistas de oponer el leninismo al marxismo. El marxismo-leninismo es
una ciencia e ideología revolucionaria integra. En nuestros días no hay ni
puede haber marxismo sin la gran aportación de Lenin.
“El leninismo es el marxismo de
la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, de la liquidación
del sistema colonial y de la victoria de los movimientos de liberación nacional,
de la época del tránsito de la humanidad del capitalismo al socialismo y de la
construcción de la sociedad comunista”. El leninismo, teoría y método de
transformación revolucionaria del mundo, es una ciencia viva y en constante
desarrollo.
Los enemigos del leninismo, los
falsificadores burgueses, oportunistas socialdemócratas y revisionistas de toda laya, intentan negar
la trascendencia internacional e histórica del leninismo, mermar, adulterar y
decapitar su esencia. Afirmar que el leninismo es un fenómeno caduco puramente
ruso, que distorsiona el marxismo, que pudo surgir y difundirse solamente en
las condiciones de Rusia, inaplicable a cualquier otro caso de explotación, que
se convierte según ellos en sueño utópico que siempre carecerá de las
condiciones objetivas y subjetivas para ser llevado a cabo, una esperanza que
es mejor olvidar. La vida, la práctica histórica así como la realidad de
polución y miseria, han refutado esta falsedad.
El leninismo es una gran ciencia internacional aplicable a todos los
países sin excepción. La teoría marxista-leninista, guía de acción creadora, es patrimonio de todos los comunistas, de
todos los obreros revolucionarios, de todos los trabajadores del mundo y de
toda la humanidad por completo.
El marxismo leninismo es la única
teoría de la evolución de la sociedad humana que ha resistido las pruebas del
tiempo. Las ideas del marxismo-leninismo viven y se materializan en la victoria
de la Gran Revolución de Octubre y en la
construcción de la Dictadura Proletaria en la URSS, en los avances de los
pueblos de los países socialistas como la Republica Democrática Alemana RDA,
China y Cuba etc., en el acenso del movimiento comunista mundial y de la
fuerzas de liberación nacional, su actual resistencia y lucha, pese a las
condiciones de hegemonía que provocan las contradicciones interimperialista,
así como en todas la revoluciones, rebeliones e insurgencias de los explotados
a nivel internacional.
“El marxismo-leninismo era y es la única ciencia exacta del comunismo,
el arte insuperado de la dirección política en la obra revolucionaria de las
masas para lograr su emancipación. La fidelidad al marxismo-leninismo, a su
vivificante capacidad creadora, su aplicación innovadora, así como consecuente a los diferentes momentos y
condiciones de la lucha de clases, es la condición más importante y la garantía
de los éxitos en la edificación comunista, en la lucha por los intereses y
derechos de la clase obrera, de los campesinos y de todos los trabajadores
explotados”.
Lenin fue inspirador, constructor
y guía de la Gran Revolución Socialista de Octubre, histórico hito y principal
acontecimiento del siglo XX que cambió radicalmente el curso del desarrollo de
toda la humanidad. El mérito más grande de Lenin, aunque no el único, consiste
en haber fundamentado científicamente el plan de construcción del socialismo en
el País de los Soviets, plan cuyos eslabones esenciales fueron la
industrialización socialista del país, la colectivización de la agricultura y
la industria, la revolución cultural y la justa solución del problema nacional.
En la lucha intransigente contra
los trotskistas, los oportunistas de derecha y de izquierda, contra los
revisionistas, los socialdemócratas y las desviaciones nacionalistas, el
Partido Comunista mantuvo las grandes ideas de Lenin, las hizo realidad y consiguió
éxitos de importancia histórica universal. Estos éxitos se fueron multiplicando
con cada quinquenio y de un país atrasado y molido por el feudalismo, como era
la Rusia zarista, la Unión Soviética se logró convertir en el más vigoroso
Estado Proletario-Campesino-Popular que el ser humano ha conocido hasta ahora.
Debido a la gran complejidad y
extensiva actividad política e ideología de Lenin a favor de los desposeídos
este trabajo sería incapaz de recoger la inmensa cantidad de hazañas y
victorias conseguidas por este gran revolucionario, por tal motivo tratamos (a
partir del periodo de 1918) de recoger las enseñanzas y legado que nos ofrece
su consecuencia, su análisis científico de la realidad, su elocuencia y
sagacidad intelectual antes, durante y después de la Gran Revolución de
Octubre, a pesar de que en la URSS el socialismo se construyó en una situación
sumamente compleja y a ritmo acelerado, sin precedente en la historia, se
superaron las dificultades relacionadas con el atraso, los intentos de las
clases explotadoras derrocadas, la acumulación de fuerza de la burguesía y de
la intervención militar extranjera para frustrar la construcción de una nueva
vida.
Legado que cientos de miles de
mujeres y hombres han recogido para darlo a conocer por cada país, fábrica,
comunidad, hacienda, escuela, universidad y lugar por los que la decadencia, la
ignorancia y bestialización de la explotación dominan rapaz y miserablemente.
VLADÍMIR ILICH ULIÁNOV “LENIN”.
EL GRAN ORGANIZADOR DE LA
REVOLUCIÓN Y CONSRUCCIÓN SOCIALISTA.
EL Partido Comunista, con Lenin
al frente, condujo audaz e intrépidamente al pueblo soviético a través de todas
las calamidades acarreadas por el periodo del zarismo, el prerrevolucionario,
la revolución de Octubre y por la guerra civil impulsada por los imperialistas
y burgueses. Pero el paso a la situación de “paz” se vio acompañado de nuevas y
gigantescas dificultades.
Los imperialistas no consiguieron
destruir la Republica de los Soviets con la ayuda de las armas, pero la
arruinaron tanto que, según expresión de Lenin, “cumplieron a medias su
propósito”. La industria rendía la séptima parte de lo poco que daba antes de
la guerra. Habían sufrido especialmente las empresas de las zonas en donde
habían campado por sus respetos los guardias blancos y los invasores
extranjeros. Debido a la falta de combustible y de materias primas no
funcionaba la mayor parte de las empresas. Se producía menos de un kilogramo de
hierro fundido y menos de un metro de tejido de algodón por habitante. El
transporte ferroviario se hallaba completamente desorganizado. Los obreros
pasaban hambre en las ciudades.
Estaba arruinada en extremo la
agricultura. Durante la guerra civil y la intervención, las masas laboristas
del campesinado habían apoyado al poder soviético, pues éste les había dado la
tierra y libertad del yugo terrateniente. Habían soportado todas las penas y
sacrificios sumándose a la defensa del comunismo mediante la guerra
revolucionaria.
Pero cuando el país entró por el
camino de la construcción "un poco más pacífica" (la URSS nunca de estar bajo el asedio del imperialismo de una u otra forma), los campesinos empezaron a expresar
su descontento ante el sistema de contingentación de víveres. Demandaban los artículos
industriales indispensables para impulsar sus haciendas, pero no había
posibilidad de proporcionárselos. Los campesinos querían disponer libremente de
los productos de su trabajo, venderlos en el mercado y comprar a precios
módicos los artículos industriales que les hacían falta. Ya que en el periodo
de defensa del comunismo mediante la guerra revolucionaria esto no estaba
prohibido.
Los enemigos del nuevo régimen se
aprovecharon del descontento de los campesinos en especial algunos
terratenientes que lograron escapar al imperio polaco y los mismos Panis
derrotados en la guerra civil, incitándolos a alzarse contra el Poder
Sovietico. En varios lugares de la Rusia Central, de Ucrania, del Don y de
Siberia consiguieron provocar sublevaciones de kulaks, a los que se adhirió
parte de los campesinos medios. En marzo de 1921 estallo una sublevación contra
revolucionaria en Kronstadt.
En ese momento tan peligroso para
el país, se manifestó con nueva fuerza la sabiduría de Lenin. El guía del
partido y del pueblo propuso con audacia que se efectuara un viraje resuelto en
la política económica del partido y del Estado soviético. La nueva política
económica preparada por Lenin era el desarrollo del plan básico de la economía
socialista trazado en 1918, en su folleto “Las tareas inmediatas del poder soviético”.
En el país predominaba como decía
Lenin, la pequeña hacienda campesina. La clase obrera debía avenirse con los
millones y millones de campesinos. Debía reeducarlos, concienciarlos e
incorporarlos a la construcción del socialismo. Ahora bien, esto sólo podía
lograrse mediante la nueva política económica. ¿En qué consistía, pues, la
esencia de esa política? ¿Por qué se llamaba nueva?
Lenin propuso sustituir el
sistema de contingentación de víveres con el impuesto en especie y permitir el
comercio privado de los excedentes de cereales y de otros productos. Planteó al
partido la tarea de organizar mejor el comercio y reestructurar las
cooperativas. Exigió que los comunistas aprendieran a comerciar, que
aprendieran a organizar mejor y en forma más barata que los capitalistas el suministro
de mercancías a los obreros y campesinos. Cuando ello ocurra –decía Vladimir Ilich- los
campesinos estarán interesados en producir más trigo, lo que, a su vez,
impulsara el restablecimiento y desarrollo
de toda la economía nacional. La nueva política económica –explicaba Lenin- ha de conducir a una
consolidación de la alianza de la clase obrera y el campesinado, a la
consolidación del poder soviético.
La nueva política económica
aplicada por el Partido Comunista y el Estado Soviético era la única justa en
el periodo de transición del capitalismo al socialismo. Al principio, la nueva
política económica significo cierto repliegue, ya que admitía el comercio
privado y la contratación de mano de obra, lo que podía suponer un resurgimiento
parcial del capitalismo. Pero este repliegue era temporal y no entrañaba
peligro para el régimen soviético. El poder se hallaba en manos de los obreros
y los campesinos. La industria, la tierra, los bancos, los ferrocarriles y el
transporte fluvial y marítimo eran propiedad del Estado de trabajadores.
En 1921 se celebró el X Congreso
del Partido Bolchevique que adopto decisiones sobre problemas cardinales de la
vida política y económica del país. Sus labores la dirigió Lenin, que pronuncio
los discursos de apertura y clausura y presentó los informes sobre la actividad
política del CC, la sustitución del sistema de contingentación por el impuesto
en especie, la unidad del partido y la desviación anarcosindicalista, sobre los
sindicatos y el problema del combustible . El congreso aprobó la propuesta de
Lenin de pasar a la nueva política económica. Adopto también una resolución
acerca de los sindicatos y determino su papel y sus tareas en las nuevas
condiciones. Aprobó la indicación de Lenin de que los sindicatos debían ser una
escuela de gobierno, de administración económica, una escuela de comunismo.
![]() |
Lenin y Krúpskaya entre campesinos de la aldea de Káshino, subdistrito de Volokolamsk
(provincia de Moscú) Foto de 1920.
|
Las dificultades que
experimentaba el país repercutieron también negativamente en la situación del
Partido Comunista. A fines de 1920 el partido contaba en sus filas con más de
700,000 miembros. Los obreros constituían menos de la mitad, los campesinos, la
cuarta parte, y el resto eran empleados, artesanos e intelectuales. Habían
penetrado en el partido algunos ex mencheviques y ex eseristas. Parte de los
miembros del partido eran políticamente inestables. Levantaron cabeza grupos
antipartido encabezados por Trotski, Bujarin y otros fraccionistas que se
manifestaban contra Lenin y contra la línea del partido en el problema del
camino a seguir en la construcción del socialismo y en la cuestión del papel
que debían desempeñar los sindicatos. Los oposicionistas infringían la
disciplina del partido, trataban de escindirlo y de socavar sus fuerzas. “¡Ese
es Trotsky! Siempre fiel a sí mismo; se revuelve, estafa, posa a la izquierda y
ayuda a la derecha”
–señalaba Lenin-
Lenin advirtió ese peligro. Atribuía
una importancia decisiva a la unidad del partido, ya que en ella residía una de
las fuentes principales de su fuerza. Planteó que en caso de surgir una
escisión en el partido, ello provocaría
inevitablemente la desintegración de la alianza de la clase obrera y el
campesinado, la caída del poder soviético y la restauración del capitalismo en
Rusia.
Lenin llamo al X Congreso a
prohibir en el partido la existencia y la actuación de toda clase de fracciones
y grupos antipartido. El congreso adoptó una resolución, redactada por Lenin,
sobre la unidad del partido y proclamo que sería expulsado de las filas del
partido cualquier miembro, sin exceptuar
a los del CC, que se hiciese responsable de actividad fraccionista. En
1921, Lenin propuso que se procediera a la depuración del partido. Reclamó que
se depurara de todos los elementos extraños que se habían infiltrado en sus
filas, de todos los comunistas deshonestos, políticamente inestables y
burocratizados. Merced a la depuración, mejoro la composición del partido y se
reforzó su unidad.
Una vez aprobada la ley de la
sustitución del sistema de contingentación de víveres con el impuesto en
especie, Lenin se preocupaba a diario por el cumplimiento de los acuerdos
adoptados. Daba indicaciones para mejorar la producción agropecuaria y aumentar
su rendimiento, apoyaba por todos los medios el carácter socialista en la
agricultura, estudiaba atentamente la actividad de las haciendas del Estado
(los Sovjoses), sector auténticamente proletario de la agricultura según
expresión de Vladimir Ilich, apoyaba las haciendas colectivas, advirtiendo, al
propio tiempo, que no debía haber precipitación en este problema.
Lenin escribió el folleto “Sobre
el impuesto en especie” y los artículos “Con motivo del IV aniversario
de la revolución de Octubre” y “Acerca de la significación del oro ahora y
después de la victoria completa del socialismo” en los que explico
detalladamente a los obreros y campesinos el sentido de la nueva política
económica y señalo los métodos de su aplicación. Basándose en las indicaciones
de Lenin, el partido desplego su labor para restablecer la economía nacional y
mejorar la situación de las masas populares.
![]() |
Discurso de Lenin en la fábrica Putílov. 1917 Del cuadro de I. Brodski. |
Lenin desarrollaba una actividad
infatigable y excepcionalmente multifacética. Se interesaba profundamente por
el trabajo de la cuenca carbonífera de Donbáss, la industria petrolera de Bakú
y la metalurgia. Más de una vez señalo la gran importancia económica de la
Anomalía Magnética de Kursk. Bajo la observación personal de Lenin se
construían las primeras centrales eléctricas. La autogestión financiera, la
rentabilidad de la producción, el interés material de los trabajadores por los
resultados de su trabajo, el estímulo por el ahorro de medios materiales y el
perfeccionamiento de la producción, todo esto era para Lenin muy importante en
el restablecimiento y desarrollo de la industria. Al propio tiempo estimaba
indispensable elevar la conciencia de los trabajadores e inculcarles el
sentimiento de responsabilidad y de preocupación por la tarea que se le encarga
a uno. Lenin combatía resueltamente la actitud negligente respecto a la
propiedad del Estado, así como la malversación de los recursos estatales. El ahorro de los bienes públicos es una ley
de la sociedad comunista y se expresa en la fórmula de Lenin: “En una época
como esa, y para la sociedad auténticamente comunista eso es verdad siempre,
cada pud de trigo y de combustible es un verdadero sanctasanctórum…”
El partido y el gobierno
soviético se esforzaban por consolidar la dirección planificada y centralizada
de la economía nacional, haciendo a la vez todo para fomentar la independencia
e iniciativa locales. Las cartas G Krzhizhanovski, que a la sazón era el
presidente de la Comisión del Plan del Estado, muestran con que profundidad
calaba Lenin en el funcionamiento de dicha comisión y con qué insistencia
exigía que la planificación estuviese vinculada a la vida y se basara en la
ciencia, en la mejor experiencia práctica de las masas.
Pese a estar siempre muy ocupado,
Vladímir Ilich sabía advertir lo más avanzado y lo que ofrecía las mejores
perspectivas en el fomento de la ciencia y la técnica. Se interesaba vivamente
por el empleo de las rozadoras en las minas de carbón del Donbáss, el método
hidráulico de la extracción de turba, etc. Se han conservado muchos documentos
que muestran su inmenso interés por los inventos, los descubrimientos y el gran
apoyo que prestaba a los inventores y científicos.
Lenin dedicaba mucha atención a
los problemas de organización de la administración y al funcionamiento del
aparato estatal. Se sentía hondamente indignado con el formalismo, el papeleo y
el relajamiento de los organismos administrativos. Al hacer constar ciertos
casos de papeleo y formalismo en algunos departamentos centrales, Lenin
escribía: “La maquinaria de la administración soviética debe funcionar bien,
con precisión y rapidez”.
Vladímir Ilich tomaba parte
activa en la preparación de la legislación soviética y luchaba por que se
observara la legalidad revolucionaria. Se manifestaba resueltamente contra las
reorganizaciones precipitadas e irreflexivas de los organismos administrativos.
“Les tengo un miedo cerval a las reorganizaciones” – escribía en enero de
1922-. Recomendaba que primero se experimentara en la práctica toda medida de
importancia antes de implantarla como ley. Decía que al legislar es preciso
obrar “con triple circunspección”. ¡Mide siete veces antes de cortar!”
Lenin conocía mejor que nadie los
cuadros de los organismos soviéticos y del partido. Apreciaba en ellos la
fidelidad al comunismo, el profundo conocimiento de causa, la firmeza en la
aplicación de la línea del partido a la par de la flexibilidad, sensibilidad y
atención para con la gente.
![]() |
Lenin ante el Soviet de soldados. |
Estimaba útil el envió de los
cuadros del partido a trabajar en la dirección de los distintos sectores de la
economía y señalaba que “es preciso reforzar el personal del CC y acercarlo a
las organizaciones locales”, proponía que los “dirigentes de la economía (del
CC) activaran la labor de los organismos locales, controlaran su funcionamiento
y les dieran las instrucciones pertinentes”.
El partido se guio siempre por estos principios Lenin censuraba
acerbamente la administración burocrática, la grosería respecto de los
compañeros y subalternos. Una vez (en marzo de 1919), al tener noticia de que
A. Pravdin (miembro del consejo de Comisarios de Pueblo del Interior) había
procedido groseramente, propuso a G. Petrovski que castigara con severidad Pravdin
controlara su actividad por cuanto mostraba “inclinación hacia el necio “ordeno
y mando””.
Lenin recomendaba que al apreciar
los cuadros se prestara oído a la opinión de los trabajadores. La
masa trabajadora –escribía- intuye con extraordinaria sensibilidad la
diferencia entre los comunistas honrados y leales y los que inspiran
repugnancia, al hombre que gana el pan con el sudor de su frente, que no tiene
privilegio alguno, que no tiene “acceso a los jefes”.
El intenso trabajo y la grave
herida en 1918 (una de las balas disparadas por la contra revolucionaria
anarquista Franz Kaplan no había sido extraída todavía) socavaron la salud de
Vladímir Ilich. A partir del invierno de 1921, a instancias de los médicos,
Lenin tuvo que interrumpir con frecuencia el trabajo, para curarse y descansar.
En 1922 empeoró considerablemente su estado de salud. No obstante, pese a la
enfermedad, se ocupaba diariamente de los asuntos del Estado.
En marzo de 1922, Lenin hablo en
el XI Congreso del Partido. En el informe político del CC, Vladimir Ilich dio
una apreciación del primer año de aplicación de la nueva política económica. Hizo
notar con satisfacción que había comenzado un ascenso en todos los sectores de
la economía nacional, que se había consolidado la alianza de la clase obrera y
el campesinado. Lenin critico duramente los defectos en el trabajo. Su discurso
fue un ejemplo de crítica y autocrítica bolcheviques, encaminadas a mejorar la
actividad de los organismos de la administración soviética, del partido y de la
economía. Lenin declaro que había terminado el repliegue y que se debía
organizar la ofensiva contra los elementos capitalistas. Al detenerse en el
papel del partido en la construcción de la nueva vida, Lenin expreso que no
habría fuerzas en el mundo capaces de
arrebatar las conquistas de la Revolución Socialista de Octubre, ya que tales
conquistas adquirían una trascendencia histórica universal. Fue éste el último
congreso del partido en el que Lenin hablo.
Lenin se trasladó al poblado de
Gorki, en las inmediaciones de Moscu, para pasar el verano. A fines de mayo se
agravó mucho su estado de salud. Después de reponerse un poco, Vladimir ilich
reanudo, a mediados de julio, la correspondencia sobre los asuntos de trabajo y
pidió que se le mandasen libros. Las publicaciones que Lenin utilizo en Gorki
se hallan allí hoy día: 32 periódicos distintos, 137 revistas en diversas
lenguas y ¡muchos libros!
![]() |
Lenin en Gorki. 1922. |
De todos los confines del país,
los obreros y campesinos enviaban a Vladimir Ilich emocionados saludos, en los
que expresaban su ardiente cariño y le deseaban un pleno restablecimiento. Los
obreros de la fábrica No. 1 de Goznak (Moscú) adoptaron la siguiente posición:
“Concederle a Vladimir Ilich un permiso de tres meses y exigirle que cumpla
inmediatamente las prescripciones de los médicos, a fin de restablecer sus
fuerzas para bien de los trabajadores”.
Los campesinos de subdistrito de
Muchkap (distrito de Borisoglebsk, provincia de Tombov) escribieron: “muy
querido maestro y camarada: Nosotros, los delegados al Congreso del
subdistrito, en nombre de 15.000 campesinos, te transmitimos nuestro deseo de
que te restablezcas definitivamente lo más pronto posible. Nuestros vecinos nos
preguntan cuándo volverás a firmar los decretos sobre nuestro bienestar.
Nosotros… te rogamos que no te levantes de la cama antes de lo debido; te
deseamos que descanses y te cures por completo”.
En octubre, Lenin se incorporó al
trabajo. Presidio el Consejo de Comisarios del Pueblo, tomó parte en la
actividad del CC partido y pronuncio discursos.
En el IV Congreso de la
Internacional Comunista, Lenin hizo el 13 de noviembre de 1922 el informe “Cinco
años de la revolución rusa y perspectivas de la revolución mundial”, en
el que expuso a los delegados lo que había logrado el Poder Soviético sobre la
base de la nueva política económica. Merced al Partido Comunista y al heroico
trabajo de las masas populares, la Republica de los Soviets –decía Lenin- logró
sobre la base de la nueva política económica un ascenso general de la economía.
Se consolidó el sistema financiero, mejoró el comercio, la economía campesina
cobró vigor, se avanzó en el restablecimiento de la industria ligera, se
perfiló cierto viraje en el estado de la industria pesada, mejoro la situación de
los obreros y se lograron algunos éxitos en el fomento de la cultura. Lenin
atribuyó estos adelantos a la justa política del Partido Comunista y del Estado
Soviético.
Lenin concluyó el informe
invitando a los delegados al congreso a que aprendiesen “con espíritu creador, y no dogmático”, la experiencia del Partido
Bolchevique y las enseñanzas de la revolución rusa.
![]() |
Lenin. 1918. |
El 20 de noviembre de 1922, Lenin
pronunció un discurso en el Pleno del Soviet de Moscú. Habló de la situación en
que se encontraba el país después de la derrota de los guardias blancos y las
tropas intervencionistas, señaló las tareas que se plateaban al pueblo y las
vías y métodos de cumplirlas y exhortó a administrar racionalmente la economía,
Subrayó con particular fuerza el papel del partido en la construcción de la
sociedad socialista. Vladimir Ilich expresó su confianza y seguridad ilimitadas
en que “de la Rusia de la NEP saldría la Rusia Socialista”. Este discurso fue
el último discurso público de Lenin.
Lenin dedicaba mucha atención al
fortalecimiento de la amistad entre los pueblos. Siempre luchó contra la
explotación, la opresión y la desigualdad nacionales, tan convenientes para los
explotadores. Después de la victoria de
la Gran Revolución Socialista de Octubre, Lenin se preocupó constantemente del
desarrollo de las repúblicas nacionales, viendo en la amistad entre los pueblos
la base de la firmeza del Estado Soviético. Planteó la tarea de unir las repúblicas soviéticas
para formar un estado federal único. Escribió a los miembros del Buró Político
del CC del PC(b) de Rusia las cartas “Acerca de la formación de la URSS y
Acerca
del problema de las nacionalidades o de la “automatización””, en las
que expuso las bases de la unificación de las repúblicas: la creación de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, unión voluntaria de naciones
iguales en derechos e independientes, basada en los principios del
internacionalismo proletario, el ejemplo de unidad más grande que la humanidad
ha logrado conseguir en la historia del mundo entero. Era un Estado
multinacional nuevo, sin precedente en la historia, basado en la amistad de los
pueblos. Lenin veía en ello la fuente de la fuerza indestructible del Estado
soviético.
El I Congreso de los Soviets de
la Unión (diciembre de 1922) acordó construir la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas. Lenin ya estaba enfermo y no asistió al congreso. Pero todas las
labores del mismo, la Declaración y el Tratado federal de formación de la URSS
fueron un reflejo claro de sus indicaciones, estuvieron penetrados de la idea
de la igualdad de derechos y la colaboración fraternal de los pueblos. Lenin
fue elegido Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS.
En diciembre de 1922, la
enfermedad de Vladimir Ilich empeoró, pero en enero y febrero de 1923 mejoró
algo. En ese periodo dictó sus conocidos y últimos artículos: “Carta
al Congreso, Páginas del Diario, Sobre las Cooperativas, Nuestra Revolución,
Como tenemos que reorganizar la inspección Obrera y Campesina y Más vale poco y
bueno”.
La voluntad inquebrantable, la
conciencia de la responsabilidad y la preocupación del porvenir de la Patria,
por el desarrollo del País de los Soviets, le dieron a Lenin fuerzas para
superar los padecimientos causados por la enfermedad y hacer lo que parecía
estar fuera de las posibilidades humanas: crear, pese a la grave enfermedad,
tan sólo en mes y medio, toda una serie de notables artículos.
La importancia de las últimas
cartas y artículos de Lenin es pocas veces apreciada en todo su esplendor tanto
ideológico, como político y científico. Estrechamente relacionados entre sí,
constituyen, en esencia una sola obra en la que Lenin desenvuelve las
conclusiones y tesis expuestas en sus trabajos y discursos anteriores, culmina
la elaboración del magno plan de construcción del socialismo en la URSS y
describe en forma generalizada el programa de la transformación socialista de
Rusia a la luz de las perspectivas generales del movimiento mundial de
liberación.
Lenin estimaba que Rusia disponía
de todo lo necesario y en cantidad suficiente para construir el socialismo. La
tarea principal, según indicaba Lenin, consistía en restablecer y seguir
desarrollando la industria, particularmente la pesada, acabar con el atraso
técnico de la economía y alcanzar el nivel de los países más avanzados del
mundo. Para ello era necesario llevar a cabo la industrialización y la
electrificación del país y elevar la productividad del trabajo colectivo.
Lenin consideraba que para
construir el socialismo era indispensable reforzar la alianza de la clase
obrera y el campesinado. La clase obrera debía concientizar a los campesinos e
incorporarlos a la construcción del socialismo, ayudar a los campesinos a
reorganizar su economía desperdigada, pequeña e individual para formar
grandes haciendas colectivas y
mecanizadas. La única vía para incorporar al campesinado a la construcción del
socialismo era la cooperación. En la cooperación se podían conjugar los
intereses personales del campesino con los intereses generales del Estado y de
toda la sociedad. El estado Soviético debía ayudar a los campesinos a organizar
la cooperación, facilitarles tractores, y otras máquinas agrícolas. Ya en 1919,
en el informe sobre el trabajo en el campo, presentado al VIII Congreso del
partido, Lenin había dicho que si se pudieran dar al campo cien mil tractores y
tractoristas de primera clase, los campesinos se pronunciarían a favor del
comunismo.
Para Lenin, la construcción del
socialismo iba unida a la revolución cultural. Era una tarea de máxima
importancia. Vladimir Ilich proponía no escatimar recursos en el fomento de la
instrucción pública. Planteo al partido la tarea de acabar con lo antes posible
con el analfabetismo, ampliar la red de escuelas primarias, medias, especiales
y superiores, fomentar todas las ramas de la ciencia y crear una intelectualidad
propia, popular.
El Estado proletario es –enseñaba
Lenin- el instrumento fundamental para construir el socialismo. El Poder
soviético destruyo el viejo aparato estatal y creó un aparto nuevo, soviético,
incorporando a las masas trabajadoras en gran escala a su funcionamiento. Esto
constituyó una enorme conquista histórica. Pero, al principio, algunos
eslabones de este aparato funcionaban mal. Los jóvenes cuadros de los Soviets
todavía no tenían experiencia de trabajo en el aparato de Estado. Lenin
enseñaba infatigablemente a las masas cómo se debía gobernar el Estado, cómo se
debía administrar y resolver los asuntos. Luchaba resueltamente contra el
burocratismo, la indiferencia ante las necesidades y los intereses de los
trabajadores y el formalismo. Valdimir Ilich mismo daba el ejemplo personal de
organización. Las reuniones del Consejo de Comisarios del Pueblo, que se
celebraban bajo su presidencia, tenían siempre un carácter práctico y concreto.
Lenin llegaba siempre puntualmente, sin tardar un minuto. A los oradores se les
concedían de 3 a 5 minutos. Lenin exigía que cuando se hiciese uso de la
palabra sólo adujeran cifras y hechos exactos, comprobados, y se hicieran
propuestas claras. No toleraba frases generales, declaraciones vagas o informaciones
confusas e inexactas. Escuchaba con atención las intervenciones de los
representantes de los distintos organismos locales y la opinión de los
trabajadores de las filas. Proponía gustoso a nueva gente para formar parte de
las distintas comisiones y les encomendaba tareas especiales.
![]() |
Lenin cn maquillaje y peluca Foto de agosto de 1917. |
Lenin apreciaba y estimulaba el
espíritu colectivo en el trabajo. Consideraba que “es incorrecto resolver los problemas importantes de un modo
unipersonal, sin el examen del CC del partido o del Consejo de Comisarios del Pueblo.
Se debe procurar siempre que se estudien los problemas en todos sus aspectos y
se resuelvan colectivamente”, El trabajo colectivo lo consideraba el
principio más importante de la dirección del partido y del Estado.
Y ese principio jamás se infringía
en la vida de Lenin. Hasta en los años de guerra civil, cuando era
extraordinariamente difícil convocar los congresos, éstos se celebraban
anualmente: el VII, en 1918; el VIII, en 1919; el IX, en 1920; el X, en 1921,
el XI en 1922. En el XII Congreso celebrado en 1923, Lenin no estuvo debido a
su enfermedad, pero la magna reunión se siguió por sus indicaciones.
Al propio tiempo, Lenin explicaba
que la dirección colectiva no excluye, sino que presupone la rigurosa
responsabilidad personal por la tarea que se le encarga a uno. Exigía que todos
los funcionarios de la administración soviética y del partido dieran muestra de
iniciativa en su actividad, de elevado sentido de la responsabilidad personal,
y que comprobaran minuciosamente el cumplimiento de las leyes y disposiciones
del Poder Soviético, que comprobaran lo que resulta en la práctica, como le
placía decir. Era particularmente exigente con los comunistas, que como decía
reiteradas veces Lenin: son
representantes del Partido Bolchevique y a base de su conducta el pueblo se
forma una idea de todo el partido, esto nos obliga a dar un buen ejemplo en
todo y en todas partes. Los miembros del Partido no gozan de ventajas ni
privilegio alguno en comparación con los demás trabajadores, no tienen más que
mayores deberes.
![]() |
Lenin Foto de 1910. |
Al poner con agudeza y
profundidad, las deficiencias en el funcionamiento de las instituciones
soviéticas, Lenin exigía que se extirpasen resueltamente los vestigios del
pasado, que se expulsara de los organismos oficiales cuanto hubiese de superfluo.
Insistía en que se simplificara, abaratara y redujera el aparato de Estado.
Enseñaba a mantener una actitud nueva, socialista, ante el trabajo, ante los
deberes y a cumplir estrictamente las leyes soviéticas. Luchaba contra la
concusión, esa herencia maldita, como solía decir, del zarismo. Ese mayo de
1918, Lenin propuso a D. Kurski, comisario del Pueblo de Justicia, que
preparase una ley de severos castigos para los casos de concusión.
Al mismo tiempo que exigía una
rigurosísima disciplina de los funcionarios de los organismos de la
administración soviética y del partido, Lenin daba ejemplo personal de
disciplina. Para él era una ley el cumplimiento de lo acordado por el partido y
exigía lo mismo de los demás. Decía que quién viola la disciplina del partido,
ayuda a los enemigos del mismo.
Las leyes soviéticas y las normas
de convivencia socialista son obligatorias para todos, manifestaba Lenin. No
admitía que se alterasen las reglas en favor de nadie. En mayo de 1918, hizo
una severa amonestación al jefe administrativo del Consejo de Comisarios del
Pueblo por haberle aumentado el salario por propia iniciativa.
Cuando Vladímir Ilich tuvo
necesidad de ciertas obras de la Biblioteca Rumíantsev (después biblioteca
Lenin), pidió que se le mandasen, haciendo la reserva de que si, de acuerdo con
las disposiciones, no se permitía sacar tales libros, se le concedieran por una
noche nada más cuando la biblioteca estuviese cerrada.
Vladimir Ilich poseía excelentes
cualidades humanas: era modesto, sencillo y atento para con los demás. No
toleraba alabanzas y elogios a su nombre. Cuando cumplió 50 años, los
comunistas de Moscú decidieron celebrar el aniversario. Lenin llego al final de
la reunión. A instancias de los reunidos, pronuncio un breve discurso que dedicó
por entero al partido. En su intervención advirtió a los comunistas contra el peligro del engreimiento y llamo al
partido a que centrara la atención en los problemas que no estaban resueltos.
Lenin era intransigente para con
los enemigos del socialismo, se atenía estrictamente a los principios y exigía
responsabilidad a los infractores de disciplina estatal, de partido o que no
cumplían concienzudamente su trabajo. Decía que era necesario corregir diez
veces, pero lograr a todo trance el cumplimiento de la tarea planteada.
Vladímir Ilich prestaba siempre
mucha atención a las cartas y quejas de los trabajadores, cosa que enseñaba y exigía
a todos los funcionarios del aparato estatal. Pedía que le informasen en el
plazo de 24 horas de las reclamaciones por escrito y en el plazo de 48 horas,
de las quejas verbales. Obligaba a que se verificaran detalladamente cómo se
cumplían los acuerdos adoptados con motivo de las quejas.
Enseñaba que se debía estar
siempre con ojo avizor y vigilante, reforzar la defensa del país y cuidar del
Ejército Rojo como de la niña de los ojos. Lenin tenía confianza absoluta en
que el socialismo, como régimen más avanzado que el capitalismo, habrá de
vencer, a fin de cuentas, en todos los países.
Entre los últimos trabajos
figuran “La carta al congreso” a la que se le dio lectura ante los
delegados XIII Congreso del Partido en Mayo de 1924. Lenin subrayo otra vez en
ella la necesidad de mantener la unidad del partido. Consideraba que la condición
más importante para mantener la unidad del partido era la cohesión y
estabilidad del Comité central. En “La carta al congreso” Lenin proponía
aumentar el número de miembros del CC hasta varias decenas, o incluso hasta
cien personas. Esta medida, apuntaba Lenin era indispensable para elevar el prestigio
del CC como organismo colectivo “para evitar que los conflictos de pequeñas
partes del CC puedan adquirir una importancia excesiva para los destinos del
partido”. La carta estaba penetrada de preocupación por la unidad y la fuerza
del partido Trotski se manifestó en contra del plan leninista de reforzar el CC
del partido y aumentar el número de sus miembros pero el CC rechazo su planteamiento.
En la carta, Lenin examino el problema de la estabilidad del partido desde el
punto de vista de las cualidades personales e varios miembros del CC y dio las
correspondientes características de Zinóviev, Kámenev, Trotski, Bujarin y
Piatakov.
![]() |
Lenin en la Plaza Roja el 7 de noviembre de 1919. |
Lenin señalo que la conducta
capituladora de Kámenev y Zinóviev antes de la revolución de Octubre no había
sido casual. Recordó el “no bolchevismo” de Trotski, su lucha contra el CC y lo
caracterizo de hombre demasiado presuntuoso y demasiado atraído por el aspecto
puramente administrativo de los asuntos. Está con nosotros pero no es de los
nuestros –decía Lenin.
A mediados de verano sobrevino
cierto mejoramiento. El 18 y 19 de octubre, Lenin estuvo en Moscú. N. Krupskaya
recordaba: “… De súbito se dirigió al garaje tomo el coche e insistió en ir a
Moscú una vez en el Kremlin, recorrió todas las habitaciones entro en su despacho,
estuvo en la sala de Sesiones del Congreso de Comisarios de Pueblo, luego quiso
dar una vuelta por la ciudad, pasamos al lado de la exposición agrícola. Puso
en orden sus cuadernos, recogió tres tomos de Hegel y se los llevó consigo… Al
día siguiente comenzó a apresurarse para volver a Gorki…”.
![]() |
Lenin en Gorki. |
A principios de noviembre de 1923
visito a Vladímir Ilich en Gorki, una delegación de Obreros de la fábrica de
Glújovo, que llevo consigo 18 platones de guindo. Condujeron a la delegación a
la antesala. Se abrió la puerta, y Vladímir Ilich salió, risueño, a recibirla.
Al aproximarse saludo a todos. Pasados unos cinco minutos los delegados
comenzaron a despedirse abrazando y besando a Lenin. El último fue el obrero
sexagenario Kuznetsov. Estuvieron abrazados unos dos minutos el anciano
Kuznetsov, repetía sin cesar.
-Soy obrero forjador, Vladímir
Ilich, soy forjador. Forjaremos todo lo que has concebido.
Al quedarse sólo Vladimir Ilich
leyó y releyó hasta muy entrada la noche el mensaje de los obreros de Glújovo.
Fue esta la última entrevista de Lenin con los obreros.
El 21 de Enero de 1924, al
anochecer, a las 6 h. 50m. Falleció Lenin de un derrame cerebral, en la misma
fecha por la noche, se reunió el Pleno del Comité Central. El CC del Partido
dirigió un llamamiento al pueblo, en el que decía: “Ha muerto el hombre bajo
cuya dirección combativa nuestro partido, envuelto en el humo de la pólvora,
enarbolo con mano recia la Bandera Roja de Octubre en todo el País, barrio la
resistencia de los enemigos y consolido firmemente el dominio de los trabajadores
en la que fue Rusia Zarista. Ha muerto el fundador de la Internacional
Comunista, el líder del comunismo mundial, el amor y el orgullo del
proletariado internacional, la Bandera del Oriente Oprimido, el dirigente de la
Dictadura Obrera en Rusia”.
La dolorosa noticia se propago
rápidamente por el país y por el mundo entero. El 22 de Enero M. Kalinin
Presidente del Comité Ejecutivo Central, comunico la noticia de la muerte de
Lenin a los delegados al XI Congreso de los Soviets de Toda Rusia.
El 23 de Enero fue trasladado de
Gorki a Moscú el féretro con el cadáver de Lenin y colocado en la sala de las
columnas de la Casa de los Sindicatos, por espacio de cuatro días, a pesar de
las rigurosas heladas, centenares de miles de obreros y campesinos, soldados
rojos y empleados, delegaciones de trabajadores de todos los confines de la
unión soviética, adultos y niños pasaron, día y noche por la sala de las
columnas para rendir el último homenaje al gran Lenin . El dolor del pueblo era
ilimitado. El 26 de Enero se celebró en el teatro Bolshói una sesión del II
Congreso de los Soviets de la URSS consagrada a la memoria del gran guía y
maestro de los trabajadores. El primero en hacer uso de la palabra fue M.
Kalinin, presidente de CEC de la URSS. Kalinin dijo que el gobierno soviético
seguiría invariablemente las indicaciones de Lenin en toda su política tanto
interior como exterior. N. Krupskaya que también hablo concluyo su discurso con
un llamamiento a todos los trabajadores del país, a todos los desheredados del
mundo, a que se unieran bajo la bandera del comunismo.
En el Congreso hablaron entre
otros J. Stalin, C. Zetkin y N. Narimánov. En nombre de los obreros de la
fábrica Krasny Putílovets hablo A. Sergéev; de los campesinos sin partido,
A. Krayushkin; del ejército rojo, K. Boroshílov; de la juventud, P. Smorodin, y
los hombres de ciencia el académico S. Oldenburg.
El Congreso adoptó el acuerdo de
perpetuar la memoria de Lenin y se dirigió con un mensaje a la humanidad trabajadora.
Subrayó que el mejor monumento a Lenin sería la propagación masiva de sus
obras, que llevan las ideas del comunismo a todos los pueblos del mundo.
A petición de los obreros de
Petrogrado, el congreso aprobó la decisión de dar el nombre de Leningrado a esa
ciudad.
El 27 de enero, a las 4 de la
tarde, se realizó el entierro de Lenin. El ataúd fue depositado en el Mausoleo
construido especialmente para ese fin en la Plaza Roja.
El pueblo soviético se despidió
de su Gran Camarada, lleno de profundo dolor. El proletariado internacional en
todo el mundo suspendió todos los trabajos durante cinco minutos. Se detuvieron
los automóviles y los trenes, se interrumpió el trabajo en las fábricas: los
trabajadores de todo el planeta tierra se despedían de Vladímir Ilich Lenin, su
camarada, su padre y maestro, su mejor amigo y defensor.
La muerte de Lenin fue una gran
pérdida para el partido, la clase obrera del País de los Soviets y todo el
movimiento comunista y obrero internacional. Para compensar, en lo posible, esa
enorme pérdida, el partido cerró filas aún más estrechamente en torno al Comité
Central, y la clase obrera, las masas trabajadoras en torno al partido de
Lenin. Decenas de miles de obreros sin partido manifestaron su deseo de
ingresar en el Partido Comunista como nunca antes en la historia. El CC anunció
la promoción Leninista de obreros industriales. En unas cuantas semanas
engrosaron las filas del partido más de 240,000 trabajadores.
Siguiendo consecuentemente los
legados de Lenin, manteniéndose fiel a su pensamiento científico, el Partido
Comunista fundado y forjado por él, condujo al pueblo soviético a través de
planificaciones quinquenales colectivas de la economía por el camino que
señalara el Gran Camarada.
Los trabajos de Lenin constituyeron
una etapa superior, la etapa Leninista, el desarrollo del marxismo en la época
histórica contemporánea.
Vladímir Ilcih Lenin legó al
Partido Comunista de la Unión Sovietica, al movimiento comunista internacional
y a toda la humanidad explotada, desheredada, oprimida y desposeída el
marxismo-leninismo, incomparable y magnifica ciencia revolucionaria, manantial
inagotable de ideas y acciones revolucionarias que seguirán enarbolando miles
de millones de trabajadores y explotados en todo el mundo y a lo largo del
tiempo hasta acabar definitivamente con la explotación asalariada del hombre
por el hombre, con la acumulación privada de los medios de producción
esenciales para la vida del ser humano, así como con toda la injusticia,
desigualdad, precarización y barbarie delirantemente indigna que imperan dentro
del capitalismo imperialista.
“¡La dictadura del proletariado! Palabras
que hasta la fecha sonaban en latín para las masas. Merced a la propagación del
sistema de los Soviets por todo el mundo, este latín se ha traducido a todas
las lenguas modernas; LAS MASAS OBRERAS HAN DADO CON LA FORMA PRÁCTICA DE LA
DICTADURA”.
Lenin.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario