El olvido, amor mío, es palabra maldita,
que retorna a lo informe, al origen de la sombra,
disolviendo la huella de la luz traicionada.
Aurora Reyes.
En la historia del muralismo mexicano, normalmente vinculado
a Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros e, incluso, Rufino
Tamayo, logro figurar una representante femenina, aunque de ella poco se
refiera en el movimiento social y en el recuento del patrimonio artístico del
siglo pasado: la hidalguense Aurora Reyes.
Aurora Reyes Flores (1908-1985), comunista, poetisa y
pintora mexicana, fue la primera muralista mexicana. Nació en Hidalgo de Parral
el 9 de septiembre de 1908, y fue descendiente de una familia ilustre del
régimen porfirista. Su padre, el ingeniero y capitán León Reyes; su madre, la
señora Luisa Flores. A causa de la profesión militar de su padre, la familia
debió cambiar su residencia a la ciudad de Jiménez en Chihuahua. Las imágenes
que tuvo del desierto desde tan corta edad, se guardaron en su memoria y
reaparecerían poco a poco en su arte.
En el inicio de la Decena Trágica, en el año 1913, con los
acontecimientos nacionales su abuelo muere frente al Palacio Nacional. Su padre,
por dicho motivo debió trasladarse a la capital para asistir a los funerales, y
más tarde enviaría a buscar a su familia. Como no tenían recursos, hicieron el
viaje en una carreta tirada por mulas; este episodio quedó en la memoria de
Aurora al observar sus ojos tanta miseria y desigualdad. Como se les consideró
a ella y a su familia enemigos del régimen, no tuvo una infancia muy
favorecida.
Aurora, inició sus estudios en la Escuela Nacional
Preparatoria en el año 1921. Fue ahí donde conoció a Frida Kahlo y se hicieron
grandes amigas. Tanto así, que una de sus obras está dedicada a Frida. El tono
erótico de la obra es símbolo de la entrañable amistad entre ambas.
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“Retrato de Frida frente al espejo”, 1946. |
Aurora Reyes, que realizó sus primeros trabajos al mismo
tiempo que los autores reconocidos del muralismo, fue objeto de un olvido
contundente… uno de esos olvidos políticos que suelen ser orquestados contra
los comunistas.
Un año después fue expulsada por “haberse defendido de una
prefecta que condenó los nexos de León Reyes con Diego Rivera y con maestros de
San Carlos. La acusaron de “sediciosa, libertina y jefa de banda de ladrones”.
Después de esto, inició carrera de tiempo completo en la Academia de San
Carlos. No terminó sus estudios; prefirió ser autodidacta. Estuvo casada con
Jorge de Godoy, considerado el Oscar Wilde de su época y con el inició una
familia. Más tarde ella describiría este matrimonio como “la pesadilla del
matrimonio”.
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"Niño enfermo", 1936. |
Aurora siempre vinculó el arte con la lucha de clases.
Estuvo involucrada en diferentes movimientos culturales y políticos del país.
También en 1935 se unió al grupo de intelectuales que conformaban la Tribuna de
México, una sala de discusiones que formó a toda una generación en el libre
pensamiento y en el arte de la oración y del debate. En 1936 ingresó en la LEAR
(Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios); la versión mexicana de los
“frentes populares de intelectuales antifascistas” que se habían formado en
varios países. En esa época realizó pintura de caballete que resaltaba el
problema de los proletarios, campesinos y masas populares desde una visión
materialista y crudamente apegada a la realidad de miseria que se tenía que
resistir. Después se interesó por la representación de la figura humana; en el
género del retrato.
También en ese año ganó un concurso que le dio la
oportunidad de pintar su primer mural en el vestíbulo del Centro Escolar
Revolución. A partir de ello, se le otorgó la dignidad de haber sido la
iniciadora del movimiento muralista femenino del país. Aunque nunca se declaró
feminista ya que comprendía que la lucha por la liberación femenina no era
posible sin la lucha por la liberación de la clase obrera y las masas populares
explotadas, sus preocupaciones son retomadas como ejes precursores del
feminismo en México; entre sus acciones esta la de apoyar el derecho de la
mujer al voto y luchar por promover la creación de guarderías para las
trabajadoras del magisterio.
Nieta del general Bernardo Reyes y sobrina del escritor
Alfonso Reyes, Aurora fue un personaje determinantemente revolucionario. Militante
del Partido Comunista de México, poetisa, maestra, dirigente sindical, e importante defensora y luchadora
a favor de la consecución de los derechos obreros, Impartía clases de dibujo y
pintura mientras militaba, o ayudaba en la fundación de la LEAR para promover
el arte entre los obreros. Luchó desde el Partido Comunista por integrar al
arte a trabajadores y mujeres, sus murales son prueba imborrable de ello por
más que se le quiera arrancas su carácter clasista por algunos institutos y el régimen
capitalista que sólo recuerda a modo a los personajes revolucionarios cuando le
convine. Tuvo frente a sí una oportunidad política única que no tardó en
aprovechar (a su manera consecuente) para terminar de asumir una postura
crítica y combativa hacia las altas esferas gubernamentales, cuando Luis
Echeverría Álvarez asumió la presidencia y la buscó para proponerle ser la
primera mujer directora de Bellas Artes, ésta declinó la invitación por
provenir de alguien a quien consideraba un asesino al servicio de la burguesía.
Desde entonces y hasta hace poco tiempo, Aurora no figuraba
entre las grandes del movimiento muralista mexicano, aun cuando compartía con
sus representantes una visión clasista de defensa del obrero y el campesino,
así como una técnica depurada de la profundidad de campo y un estilo
expresionista y realista. Como docente y sindicalista adoptó una perspectiva
materialista, gracias a la cual su obra más que presentarse como un panfleto de
la modernidad, puntualizaba los tristes capítulos de la historia que nos habían
colocado donde estábamos, así como las serias contradicciones y desigualdades
abismales de aquella época, que hoy en día se agudizan y agravan a un paso desenfrenadamente
acelerado. De ello da cuenta el mural, “Atentado a los maestros rurales”,
una reprobación a las acciones de la guerra cristera contra los profesores
laicos y marxistas.
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"Atentado a los maestros rurales", 1936. |
Así como sus posteriores imágenes sobre las desigualdades
sociales, económicas y políticas producto de una historia de conquista,
opresión y violencia tales como “El primer encuentro". Más allá de las
similitudes con sus colegas, Aurora incluyó en su pintura un elemento distintivo
al retratar reiterativamente a mujeres guerreras, luchadoras, revolucionarias;
bien fuera con armas, con hijos en brazos o con libros.
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"El primer encuentro", 1978. |
Comprometida con la causa femenina y la lucha armada,
también dirigió su mirada a la maternidad destacando el heroísmo que la madre
anónima puede alcanzar en situaciones extremas y que aunado al esfuerzo
colectivo se convierte en fuerza implacable para el servicio de la revolución.
Por ejemplo, en la obra “Mujer de la Guerra 1934”, vemos a una madre que
sostiene a su hijo, sin dejar de sostener un fusil con actitud combativa. Una
metáfora muy explícita de su propia vida y situación.
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"Mujer de la guerra", 1934. |
Sus grandes obras, son dos de sus murales más populares “Trayectoria de la cultura en México" (en este se puede ver la historia de México en tres periodos: prehispánico, colonial, moderno) y
"Presencia del maestro en los movimientos históricos de la patria", realizados en el año
1962.
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"Trayectoria de la cultura en México", 1962. |
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"Trayectoria de la cultura en México", 1962. |
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"Presencia del maestro en los movimientos históricos de la patria", 1962. |
Aurora fue una mujer revolucionaria que con su consecuencia y
determinación demostró que el arte puede ser una importante arma como método de
lucha y transformación, que puede reflejar nuestra realidad de una manera
verdadera y sin ataduras en este sentido destacan sus poemarios "Humanos
paisajes" y "Palabras al desierto". Una mujer que la historia
burguesa ha intentado silenciar y ocultar pero que hoy renace con más fuerza
que nunca ante las graves condiciones de opresión, explotación y miseria que
vivimos.
Aurora Reyes es el vivo recuerdo de que una sociedad mejor
es posible, el comunismo ha dado a la humanidad lo mejor de sí mediante seres
humanos como esta gran revolucionaria a las que la vida les queda corta.
Descubrir su trabajo y dar a conocer su arte revolucionario deberá
ser tarea de toda persona que busque un cambio verdadero y de raíz en esta sociedad
tan profundamente desigual.
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