miércoles, 29 de marzo de 2017

MATILDE



Para ilustrar la realidad degradante que genera el capitalismo al género humano, tomaremos como referencia a una mujer, real, existente, a quien llamaremos Matilde. Ella tiene 36 años y su pareja Juan, la misma edad.
Juan tiene una pequeña tortillería en la cual Matilde trabaja de 6.30 am a 7 pm para que ella mantenga a “sus” hijas porque Juan no es el padre biológico de sus seis hijos, razón por la cual  ella no puede estar con sus cuatro hijas menores durante todo el día, si acaso, una o dos veces por semana llega a la casa por las tardes a lavar su ropa y la de Juan.
Sus hijos son un adolescente de 17 años que ya vive aparte con su joven pareja y cinco hijas de 16, 12, 11, 10 y 7 años, la primera también ya se juntó con un muchacho de la misma edad y ya tienen un hijo que cuenta con un año de edad lo que quiere decir que se embarazó cuando tenía 14 años.
Matilde, ha trabajado desde que tenía 14 años de edad cuando se vio en la necesidad de salir de un pueblo de una de las sierras de México.
Llegó como la mayoría de las niñas y jóvenes a la capital, la Ciudad de México en aquél entonces conocida como el Distrito Federal, en donde gracias a una tía encontró trabajo ayudando en la limpieza y el lavado de ropa en una casa en donde la patrona poco le pagaba en comparación con lo que ella hacía, además de que no tenía un solo día libre para salir y conocer, sí, conocer… la ciudad, el metro del que ya le habían hablado y el bosque de Chapultepec con sus animales tan extraños que jamás hubiera podido imaginar.
Ni los pudo conocer entonces porque conoció a José el papá de su primer hijo, 15 años y ya tenía un hijo y ni como regresar al pueblo, vivió con José un tiempo y de esa unión  nació una niña, ya eran dos hijos y José, un mal día desapareció y jamás ha vuelto a saber de él.
Con muchas dificultades trabajaba y cuidaba de sus niños cuando conoció a Rafael, con él tuvo dos hijas más, pero como sólo daba el gasto para sus hijas y a ella no le alcanzaba para los otros dos, lo mandó “a volar”, pasó un tiempo sola otra vez trabajando, siempre trabajando en lo que cayera hasta que conoció a Felipe, que le bajó el cielo y las estrellas y al principio le ayudaba para sostener a sus hijos que ya empezaban a ir a la escuela así que decidió probar suerte y se juntó con Felipe del cual tuvo otras dos niñas y empezaron las dificultades.
A Felipe lo corrieron del trabajo porque hicieron ajuste de personal, y a buscar chamba… que nunca encontró, así que según él para no ser una carga más se fue de “mojado” y dijo que de allá mandaría dinero para sus hijas. El hecho es que ni mandó dinero, ni regresó.
Ya con sus seis hijos, a Matilde se le hacía cada día más difícil la situación y aunque se las había arreglado sola durante cuatro años siempre había soñado con encontrar un hombre que la quisiera de verdad, que la ayudara con sus hijos, que la respaldara porque ella todavía tenía fuerzas para trabajar así que de dinero no se trataba.
Un día conoció a Juan, él tenía una tortillería y le dijo que la quería, creyó encontrar lo que tanto había buscado y se juntaron, compraron un terreno en el que construyeron dos cuartos, una cocinita y el baño todo techado con lámina de cartón con una puerta y una pequeña ventana a donde llegaron a vivir ya sin su hijo mayor pues se acababa de juntar con su novia y se fue a vivir a la casa de sus suegros.
Martha, su segunda hija de 14 años estaba estudiando el tercer año de secundaria cuando quedó embarazada de su novio, un joven de la misma edad que se ha hecho responsable de su hijo, solo pidió que lo dejaran terminar la secundaria para llevarse a Martha a la casa de sus papás, lo que hizo una vez terminado el ciclo escolar.
Mientras tanto, Martha cuidaba a sus cuatro hermanitas en su casa, preparaba las dos comidas que acostumbran, bañaba a la más pequeña y le lavaba la ropa, a las otras tres les enseñaba a lavar su ropa y a peinarse, estaba al tanto de que hicieran la tarea, así hasta que llegó el término de su embarazo y poco después se fue a vivir a casa de sus suegros.
Ahora, Mileydi, Kimberly, Yasmín y Emperatriz, así les puso su mamá porque los nombres mexicanos, ya están muy “choteados”, se quedan solas en su casa, en la mañana se van a la escuela cuando alcanzan a despertar a tiempo para ir, regresan y Kimberly de 11 años hace el almuerzo para las cuatro, después se la pasan jugando, medio hacen la tarea y medio lavan su ropa.
Mileydi, casi no come, es delgada como varita de nardo porque dice que su mamá dice que quiere que sea modelo, se la pasa acostada cuando está en su casa porque se siente cansada o con dolor de cabeza y a veces llora o se enoja por cualquier cosa, pero… ella está bien, dice.
Yasmín, cumplió apenas diez años va en tercer año de primaria y no sabe leer aunque ya aprendió a escribir y todo lo copia pero después no sabe qué escribió. Le cuesta trabajo hacer cuentas, pero eso sí es la “jefa” de la casa y es la que dice qué hacer según la situación a la que se enfrenten.
Emperatriz, de siete años está en primer año de primaria, entró ya sabiendo leer, deletreando todavía pero sabe leer, sólo que en lo que va del año no ha mejorado. Al contrario cada vez deletrea más, copia muy despacio y no sabe distinguir las letras mayúsculas de las minúsculas.
Mientras… Matilde, su mamá, ya está pensando en separarse de Juan porque ya “le castra” y sus planes son irse a rentar, trabajar en su casa empacando, o cortando hilos o lo que sea ayudada por Mileydi que no estudiará ya la secundaria ¿para qué?, si a lo mejor, también, se embaraza como Martha y, enviará a sus tres hijas pequeñas a terminar la primaria y que digan que les fue bien.
Compañeros el presente relato tiene el propósito de conocer y discutir en torno a las miserias humanas y materiales que genera el capitalismo en donde se degrada al ser genérico.

Saludos de Noyoltipa.

Este relato es compartido desde la sección de Cartas de la Militancia del Periódico El Insurgente    No. 175 Órgano de análisis y difusión del Partido Democrático Popular Revolucionario y del Ejercito Popular Revolucionario a través de el Centro de Documentación de los  Movimientos Armados (CEDEMA.ORG).

Enlace El Insurgente No. 175:  http://www.cedema.org/uploads/El_Insurgente-175.pdf


martes, 28 de marzo de 2017

EL CNE DEBE ASUMIR LAS CONSECUENCIAS HISTÓRICAS DE LA ILEGALIZACIÓN DEL PCV.

Artículo 25 de la Ley de Partidos Políticos es inconstitucional.




Caracas, 20 feb. 2017, Tribuna Popular TP.– El Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV) reiteró que está dispuesto a asumir las consecuencias de ser posiblemente ilegalizado por no participar en el proceso de renovación. “Hemos dicho también que el Consejo Nacional Electoral (CNE) deberá asumir las consecuencias políticas e históricas de ilegalizar el Partido Comunista de Venezuela que está próximo a cumplir sus 86 años de vida”.


Carlos Aquino, miembro del Buró Político del PCV señaló que no aceptan las condiciones impuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la renovación de partidos políticos. Porque éstas normas desnaturalizan la relación entre la dirigencia del Partido y su militancia siendo reemplazada por el CNE, además que el Poder Electoral a dicho que publicará en la web el listado de la militancia con la consecuencias graves que significan para la seguridad y la integridad de los militantes del Partido.



Articulo recogido de: https://prensapcv.wordpress.com/2017/02/20/el-cne-debe-asumir-las-consecuencias-historicas-de-la-ilegalizacion-del-pcv/

lunes, 27 de marzo de 2017

ARISTOCRACIA OBRERA Y OPORTUNISMO: LA NECESIDAD DE COMBATIRLOS FRONTALMENTE

El siguiente articulo ha sido extraído de la Gaceta Papel Revolución No. 5 -Enero 2017- una publicación de Frente Oriente.




El imperialismo y la aristocracia obrera son dos fenómenos estrechamente relacionados. El imperialismo es la base material de la aristocracia obrera.

Para abordar este asunto es necesario definir, en términos generales, el imperialismo. Lenin, en su obra Imperalismo, fase superior del capitalismo,  explica claramente que:

"El imperialismo es una fase histórica especial del capitalismo. Su carácter específico tiene tres peculiaridades: el imperialismo es 1) capitalismo monopolista; 2) capitalismo parasitario o en descomposición; 3) capitalismo agonizante. La sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico fundamental, la esencia del imperialismo. El monopolismo se manifiesta en cinco formas principales: 1) cártels, sindicatos y trusts; la concentración de la producción ha alcanzado el grado que da origen a estas asociaciones monopolistas de los capitalistas; 2) situación monopolista de los grandes Bancos: de tres a cinco Bancos gigantescos manejan toda la vida económica de los EE.UU., de Francia y de Alemania; 3) apropiación de las fuentes de materias primas por los trusts y la oligarquía financiera (el capital financiero es el capital industrial monopolista fundido con el capital bancario); 4) se ha iniciado el reparto (económico) del mundo entre los cártels internacionales. ¡Son ya más de cien los cártels internacionales que dominan todo el mercado mundial y se lo reparten "amigablemente", hasta que la guerra lo redistribuya! La exportación del capital, como fenómeno particularmente característico a diferencia de la exportación de mercancías bajo el capitalismo no monopolista, guarda estrecha relación con el reparto económico y político-territorial del mundo. 5) Ha terminado el reparto territorial del mundo (de las colonias)."

"(...) La sociedad actual vive a expensas del proletario moderno.[...] Una capa privilegiada del proletariado de las potencias imperialistas vive, en parte, a expensas de los centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados."

Con el entendimiento de las peculiaridades del imperialismo, podemos caracterizar a México como un país semicolonial con un capitalismo dependiente que guarda una relación de subordinación con las economías capitalistas avanzadas; por lo tanto –y de acuerdo con la división internacional del trabajo–, sus relaciones de producción son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de la dependencia por los intereses concretos del imperialismo. Así, México se estructura como un país que alimenta el carácter parasitario de las grandes potencias imperialistas a través de la importación de capitales que, a su vez,  permiten una intensa explotación de su fuerza de trabajo asalariada y el despojo de sus recursos naturales estratégicos. Con ello, la participación de nuestro país en el mercado mundial contribuye a que el eje de acumulación de la economía industrial se desplace de la producción de plusvalía absoluta a la de plusvalía relativa; o sea, la producción pasa depender más del aumento de la capacidad productiva del trabajo que simplemente de la explotación del trabajador, situación que permite generar las súper ganancias de las grandes potencias imperialistas.

Esta superexplotación del trabajo se instrumenta “legalmente” desde políticas de productividad, flexibilidad, movilidad y polivalencia laboral que el Estado impone a la clase obrera en función de los intereses del imperialismo. Estas políticas de superexplotación intensifican la depauperación de las condiciones de vida del proletariado y, como resultado necesario e inevitable, la elevación en la lucha de clases. En este sentido, el Estado –fiel guardián de los intereses de la burguesía imperialista– buscará las medidas de control y mediatización política e ideológica para contener o amansar la lucha del proletariado. Una de esas medidas es cooptar a las dirigencias obreras:

"Es evidente –reflexiona Lenin– que una súper-ganancia tan gigantesca (ya que los capitalistas se apropian de ella, además de la que exprimen a los obreros de su “propio” país) permite corromper a los dirigentes obreros y a la capa superior de la aristocracia obrera. Los capitalistas de los países “avanzados” los corrompen, y lo hacen de mil maneras, directas e indirectas, abiertas y ocultas. 

"Esta capa de obreros aburguesados –continúa Lenin– o de 'aristocracia obrera', completamente pequeños burgueses en cuanto a su manera de vivir, por la cuantía de sus emolumentos y por toda su mentalidad, es (…) el principal apoyo social (no militar) de la burguesía. Pues éstos son los verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, los lugartenientes obreros de la clase capitalista, los verdaderos portadores del reformismo y del chovinismo. En la guerra civil entre el proletariado y la burguesía se colocarán inevitablemente, en número no despreciable, del lado de la burguesía, del lado de los “versalleses” contra los 'comuneros'."


El imperialismo, que significa el reparto del mundo y la superexplotación, e implica ganancias monopolistas elevadas para un puñado de los países más ricos, origina la posibilidad económica de sobornar a las capas superiores del proletariado y, con ello, nutre al oportunismo, le da cuerpo y lo refuerza. En síntesis, el imperialismo tiende a cooptar a dirigentes sindicales y obreros y formarlos como una casta privilegiada que, en los hechos, está separada de las grandes masas del proletariado pero que las subordinan a partir de la entrega de dádivas salariales y contractuales menores desde una actividad meramente clientelar. 

Podemos asegurar que la profunda relación económica entre la burguesía imperialista y el oportunismo actualmente ha vencido y sometido al movimiento obrero. Entonces, es necesaria e inevitable la ruptura total y la guerra frontal contra toda forma de oportunismo y contra la aristocracia obrera.

La aristocracia obrera hoy se arrodilla como criada ante los oportunistas y revisionistas que realmente son ajenos al proletariado como clase, que en verdad son servidores, agentes y portadores de la influencia de la burguesía en el movimiento obrero. La tarea fundamental del Frente Oriente, en este sentido, será elevar las formas de lucha, de organización y de conciencia de la clase obrera para aniquilar al oportunismo y a la aristocracia obrera dentro del proletariado; pues si éste no se deshace de ellos, el movimiento obrero seguirá siendo un movimiento obrero burgués. Los llamados a la “unidad” con los oportunistas y con la aristocracia obrera (que en el pasado fueron los dirigentes de la CTM y que en la actualidad se presentan como progresistas y son los FASU y los UNT, los Hernández Juárez y los Flores, los Esparza y los Deschamps, etc.) es objetivamente la defensa de la esclavización de los obreros por la burguesía imperialista a través de sus mejores agentes en el movimiento obrero. La realización de la revolución pasa necesaria e indefectiblemente por la aniquilación de la aristocracia obrera y del oportunismo.


¡¡NINGUNA LUCHA ES SUFICIENTE SI NO COMBATE FRONTALMENTE A LA LACRA DEL OPORTUNISMO!!


Frente Oriente
Proletario y combatiente!!

domingo, 26 de marzo de 2017

PRECISIONES A FRANCISCO MARTÍNEZ MEJÍA, AUTOR DEL LIBRO: Jóvenes de los setentas.



El siguiente documento ha sido extraído del periódico No. 175 "El Insurgente" Órgano de análisis y difusión del Partido Democrático Popular Revolucionario y del Ejercito Popular Revolucionario a través de el Centro de Documentación de los  Movimientos Armados (CEDEMA.ORG).



En todo este tiempo no habíamos tenido la oportunidad de leer detenidamente todos los libros que han escrito ex combatientes guerrilleros que pudieron seguir con vida, así como tampoco todas las tesis académicas para licenciaturas, maestrías y doctorados, pero en las que sí hemos leído nos hemos dado cuenta de que en la mayoría existen, por la forma en que se desarrolló el movimiento revolucionario en nuestro país, muchas imprecisiones y malas interpretaciones por lo que no cubren los requisitos necesarios para mencionarlos en otros escritos y quienes los citan sólo le dan vueltas a un mismo círculo viciado de origen porque se basan en informes policíacos hechos a modo.

Poco a poco y con mucha prudencia nosotros hemos considerado que es importante aclarar algunas imprecisiones, hablamos de prudencia para no caer en actos voluntariosos o datos  inexactos y menos datos verdaderos no conocidos públicamente que sirvan a la inteligencia del Estado, porque hay algunos autores que parecieran provocadores al escribir sus libros. Hemos existido por mucho tiempo gracias al esfuerzo, la abnegación y congruencia ideológica de nuestros militantes que han caído en las garras del enemigo aunque muchos de ellos, al salir libres, no se hayan incorporado nuevamente en nuestras filas pero, reconocemos su valentía, su lealtad y sus principios, todo ha sido en paz y si algún reproche pudo haber habido el tiempo y la madurez los ha hecho personas capaces y brillantes en su cotidianidad.

Uno de los libros que hemos leído es la primera edición de abril de 2015 que se titula Jóvenes de los setentas, del amigo Francisco Martínez Mejía, del Taller editorial Casa del Mago de la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.

Y lo que podemos decir es que al amigo Mejía le llamábamos cariñosamente “cachetes” y solo algunos compañeros de nuestra organización sabíamos de ello.

Así que entremos en materia.

En su página 28, menciona a Benjamín Ramírez quien lo presentó con Francisco Márquez a quien se  le conocía como Fulgencio y a Miguel Topete. A Fulgencio le llamábamos Pujanzas, llegó a la ciudad de Oaxaca junto con Camilo, Pedro Orozco Guzmán, a un domicilio que solamente dos compañeros conocían, platicamos y por ser una casa familiar se les atendió como se debe atender a un compañero, de ahí se les transportó a una zona campesina en donde contábamos con una amplia base política en donde se encontraba el Tobi, José María Ortiz Videz, a quien también se le había llevado días antes, ahí estuvieron como en su casa, se acordó con ellos y organizamos que atravesaran una cordillera en donde al avanzar serían apoyados por toda una red de compañeros para llegar a otro poblado en dónde también había base política, y las autoridades de ese municipio eran parte de la organización revolucionaria.

Un municipio donde la voluntad popular triunfó en las elecciones y fue reprimido militarmente para no reconocer su triunfo, resistió con una gran fuerza popular, el gobierno tuvo que ceder, la única condición que les pidió para reconocer la voluntad popular es que pertenecieran a un partido político y para no inscribirse en el PRI lo hicieron en el PAN, que en ese tiempo no era más que un reducido partido de oposición, esa fue en esos momentos la táctica de nuestra organización porque no había otra posibilidad. 

Esta acción ocasionó que el gobierno de la entidad siguiera reprimiendo pero al unirse otros municipios, relativamente, los dejaron de hostigar, entonces los tres compañeros vivieron a plenitud su estancia ya que Camilo y Pujanzas venían huyendo de la agudización de la represión en Guadalajara. Al hacer la travesía el compañero Fulgencio al caminar pujaba por el esfuerzo, de allí que cariñosamente le empezáramos a llamar Pujanzas. Se dedicaron a entrenar y a cazar, teniendo un trato especial y protección de las comunidades.

Queremos aclarar que lo de pertenecer al citado partido fue una táctica, ya que en esos pueblos teníamos un pequeño campo de entrenamiento militar y político que proteger.

Esto lo comentamos porque ya nos conocíamos de tiempo atrás porque en la Casa Sonora nos reuníamos, para  no exagerar, como 50 jóvenes de todo tipo para entrenar Karate militar y tener pláticas de politización. Fue ahí, que el instructor, por una imprudencia, le pegó un fuerte golpe en el xifoides al compañero Miguel Topete de ahí que posteriormente se volvió un chascarrillo que siempre le recordaban y él también recordaba aquel pesado entrenamiento y la influencia del instructor, esto, todavía antes de que lamentablemente falleciera.

No interesa mucho si se le llama a los compañeros de la Casa Sonora “independientes” ya que el trato que se había hecho con el Clark era ése porque se empezaba a utilizar ya la clandestinidad para que no se pusiera en peligro la integridad del instructor.

También ahí se conoció a Arnulfo Prado el Compa citado en su página 35 y en la juventud comunista se conoció a los hermanos Campaña, a Samuel Meléndrez Luévano, a Benjamín Castañeda, a los Antonios, a Rosita, a Fabián, Juan Reos, Amalia Meléndrez, Arturo Rosas El ministro, a  los que llegaban del D. F. como Gerardo Unzueta y muchos más.

Los entrenamientos fueron una necesidad para la mayoría de los muchachos que empezaban a consolidarse como Frente Estudiantil Revolucionario (FER) para defenderse de las agresiones físicas de los miembros de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y en la Casa Sonora también hacíamos la propaganda en su contra y se organizaban en grupos que ya para entonces les llamábamos comandos para pegar y repartir la propaganda.

En esos tiempos ya se repartía como si fuera volante nuestro lineamiento político de la Unión del Pueblo y lo dábamos como si fueran “virotes salidos del horno”.

En el capítulo 2, pág. 38 y 39 en el que mencionas el secuestro del cónsul Terrence George Leonhardy queremos hacer una precisión:

Se había quedado a nivel de la elemental dirección del grupo, que al calor de los acontecimientos quienes se iban a responsabilizar de la coordinación general de la acción se llamarían Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo (FRAP), porque como tú dices estaba el Milton, Héctor y el tiburón Meléndrez entre los más conocidos pero, atrás de ellos había una estructura fuerte y adecuada como organización revolucionaria, por la cual todavía existimos hoy y como PDPR-EPR no podríamos ni debemos dar mayor información.

Sin embargo, realizaron la acción sin dicha coordinación, razón por la cual nuestros compañeros hicieron el mejor de sus esfuerzos para agregar a la exigencia de liberación de los hermanos Campaña y Robles Garnica una lista con el nombre de otros presos políticos, ya que la única razón de la acción era poner en libertad a los Campaña como única voluntad de su hermano Ramón, quien en lo político, tenía una gran incomprensión por desconocimiento de la teoría marxista, a él lo movía su “buen corazón”. De eso nos dimos cuenta desde las primeras pláticas que tuvimos.

En la pág. 42, de la llegada del Tobi  a Guadalajara a quien como joven le gustaba hacer sus brindis y en éstos siempre comentaba sus anécdotas por lo que era natural que les diera “la fiebre de los explosivos” no sólo a Ray Hernández Castillo y a Camilo como tú dices pero, al ver la causa de lo que estaba ocasionando se planteó que Tobi dejara Guadalajara y regresara al D. F.

Eran tales sus anécdotas que muchos de ustedes lo creyeron invencible e inalcanzable por el poder burgués, así que cuando lo detuvieron sintieron un gran temor de ser aprehendidos, que ante “la grandeza” de su condición revolucionaria, pues si a él lo habían detenido, cómo les iría a los que tuvieran menos experiencia.

Desconocíamos que tenías baldado un brazo y no lo tomamos en consideración. La precisión es que si lo hubiéramos sabido, lo hubiéramos resuelto de la  mejor manera con auxilio médico especializado.

En la página 53, sobre la lista que se hizo para que los presos salieran hacia Cuba habíamos opinado sobre la inclusión de algunos compañeros más y esa lista la dejamos con Ful y Camilo; anteriormente a esta acción, como tú dices en la misma página, todavía no tenían un nombre porque era tal la efervescencia del movimiento, la desesperación y la falta de lectura que no podían hacer un lineamiento político que les diera cohesión a pesar de que nuestro lineamiento, como te decía antes, se había repartido a diestra y siniestra con el propósito de que por lo menos fuera un guía para la acción pero, como estaban tan dispersas la fuerzas todos querían monopolizar el movimiento. De nosotros nunca fue ni será nuestra intensión, ver entrevistas del PROCUPPDLP en la revista Por esto!, Núm. 216 del 4 de junio del año 1986.

En el capítulo 3, pág. 63 se dice que la Liga Comunista 23 de Septiembre copó a casi todo el FER, eso no es cierto, muchos de nuestros compañeros coadyuvaron a hacer de la Liga lo que hoy dicen que fue.

En la pág. 85 al final se ve que nosotros no andábamos tratando de obtener más dinero de lo que era justo, aunque en páginas posteriores caigas en contradicciones al escribir que después se les fue a pedir todo.

En la pág. 112, el trato que dieron los cubanos a los que llegaron a la isla no podía ser de otra forma. Y algunos no comprendieron desde un principio lo que se planteó, que era un favor del gobierno cubano a Luis Echeverría, ver entrevistas en la revista Por esto!, antes mencionada, también dices en esa página que mandamos del D. F. a unos chavos pueblo, flacos y morenos, no sabemos que quieres decir con chavos pueblo, flacos y morenos lo que es cierto. Lo que no es cierto es que hayamos mandado a pedirles coches, armas, tiros y dinero.

Luego dices que “el gordo” dijo “estos oaxaquitas, creen que somos sus papás o sus maridos”, consideramos que pones palabras en su boca, que no nos atrevemos a creer, luego dices que la brigada del flaco quedó en el aire coordinada sólo por las FRAP, otro desacierto y en la pág. 113 escribes que comenzaron el año con el ajusticiamiento de Ramírez Ladewig, situación que al comentárnoslas publicamos en nuestro periódico Proletario, la verdad que nos habían comentado ya que ustedes no lo habían reivindicado, porque no sabíamos su intención de ocultarlo, no sabemos aún la razón por lo que no querían darlo a conocer aunque después sí lo hicieron, nosotros lo hicimos no como una delación sino porque fue una tarea revolucionaria.

En la página 127, mencionas a David López Valenzuela, el Tomi, recuérdate que cuando hablaron con él en una de sus casas que suponemos que era de seguridad y nos llevaron para ser testigos de honor, cuando discutían sobre dinero, no situaciones políticas, el Tomi llegó a tal violencia que salió de la casa rompiendo toda norma de seguridad y ustedes no hicieron nada, por lo que nosotros nos retiramos.

En la página 148, cuando mandaron un emisario a Cuba para “llevarles dinero a los expatriados”, de regreso éste trajo unos casetes con la voz de Alfredo en los cuales todo lo que decía eran aberraciones que no iban de acuerdo con una política revolucionaria, tú sabes lo que decía y sería bueno que lo publicaras porque realmente dan pena ajena. De ahí que nos diste una fórmula química y al estudiarla, un doctor en esa materia nos dijo para qué servía y dijimos… esto es una locura.

En relación a la invitación a participar en una escuela de cuadros de la UP en el D.F. que relatas en las páginas 161, 162 y 163, te recuerdo que no fue así, no son nuestros métodos, el lugar donde se realizó la práctica era una zona de la organización, es decir, base política de la revolución. En la página 168, dices que llegaron unos chilangos de la UP “que traían un ultimátum de Tiburcio ya no era una invitación de integrarse sino una exigencia de someterse, igualito que años antes les habían dicho los de la Liga 23 de septiembre”, primero: nunca exigimos que nadie se sometiera y a nosotros nunca nos dijeron esas palabras los de la 23 de septiembre, de lo que nos acusaron fue de ser campesinistas por plantearles nuestras experiencias de construcción de la base política en las zonas rurales y discutir posiciones teórico políticas, después de eso dieron la consigna de asesinarnos, más otras cosas, de ello fueron testigos y desgraciadamente ya no viven Pedro Orozco Guzmán y Miguel Topete y este caso debió de haberlo comentado Miguel.

Luego dices que “el ambiente se puso ríspido y al decir de los chilangos que si habían tenido miedo de decirle que no en su cara a Tiburcio los comisionados de las FRAP, Mario, Jorge, el pequeño y Juanillo sintieron el impulso de un arreglo personal con estos altaneros”.

Te recordamos lo que sucedió, cuando el chilango platicaba contigo sobre películas y cultura lo que le contestabas denotaba el atraso, le daba risa y como chilango hacía aspavientos, de allí que propusiste otra reunión en un parque y en ese parque prepararon una emboscada para asesinarlos, pero el chofer que iba a procurarles la huida le contó a Héctor Eladio toda la trama y fue que él decidió ir personalmente a la cita y felizmente no terminó en una tragedia; lo que dices que comentó el michoacano a Juanillo, no es cierto.

Creemos que no lo haces de mala fe ya que tú en esos tiempos no eras un militante más, sino la dirección de las FRAP y que la gota que vino a derramar el vaso fue cuando personalmente se te dijo que las FRAP ya eran inexistentes y que usando los métodos que estaban usando iba a desaparecer completamente y fue cuando comentaste que ibas a matar al compañero que te lo había dicho porque te había echado la sal. Lo único que podemos decir amigablemente es que cuando uno tiene muchos problemas se debe conducir por la vía científica y recurrir a quien trata problemas que muchas veces no hemos podido resolver, te deseamos suerte y buenaventura.

Te recordamos que en una organización revolucionaria bajo el acoso del Estado y sus esbirros debe uno ser bastante enérgico para llevar a cabo una clandestinidad más no un anonimato, ya que en la clandestinidad nadie sabe todo y el que sabe algo debe tener discreción y si escribe debe escribir lo que supo y no especular, que esta vida a pesar de lo azarosa cuando hay congruencia política e ideológica se es feliz hasta el último suspiro de nuestra existencia.

Por nuestra seguridad y convencidos de que la revolución no se trata de asuntos personales, por primera y única vez te hago estas precisiones. 

Revolucionariamente:

Comandante Eleazar Campos Gómez

Marzo de 2017.

Año 21 Nº 175 Marzo  de 2017.

PDPR-EPR.

martes, 21 de marzo de 2017

EL GRAN ORGANIZADOR DE LA REVOLUCIÓN Y CONSRUCCIÓN SOCIALISTA.


“Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños.

De examinar con atención la vida real,

de confrontar nuestra observación con nuestros sueños,

y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía”.

Lenin.




Lenin fue un gran sabio en la revolución y un revolucionario en la ciencia. Que enriqueció con nuevas conclusiones y tesis todas las partes integrantes del marxismo: la filosofía, la economía política y el comunismo científico. Esa es la razón de que sean absolutamente insostenibles las tentativas y esfuerzos pueriles de los ideólogos burgueses y de los revisionistas de oponer el leninismo al marxismo. El marxismo-leninismo es una ciencia e ideología revolucionaria integra. En nuestros días no hay ni puede haber marxismo sin la gran aportación de Lenin.

“El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, de la liquidación del sistema colonial y de la victoria de los movimientos de liberación nacional, de la época del tránsito de la humanidad del capitalismo al socialismo y de la construcción de la sociedad comunista”. El leninismo, teoría y método de transformación revolucionaria del mundo, es una ciencia viva y en constante desarrollo.

Los enemigos del leninismo, los falsificadores burgueses, oportunistas socialdemócratas  y revisionistas de toda laya, intentan negar la trascendencia internacional e histórica del leninismo, mermar, adulterar y decapitar su esencia. Afirmar que el leninismo es un fenómeno caduco puramente ruso, que distorsiona el marxismo, que pudo surgir y difundirse solamente en las condiciones de Rusia, inaplicable a cualquier otro caso de explotación, que se convierte según ellos en sueño utópico que siempre carecerá de las condiciones objetivas y subjetivas para ser llevado a cabo, una esperanza que es mejor olvidar. La vida, la práctica histórica así como la realidad de polución y miseria, han refutado esta falsedad.  El leninismo es una gran ciencia internacional aplicable a todos los países sin excepción. La teoría marxista-leninista, guía de acción creadora,  es patrimonio de todos los comunistas, de todos los obreros revolucionarios, de todos los trabajadores del mundo y de toda la humanidad por completo.



El marxismo leninismo es la única teoría de la evolución de la sociedad humana que ha resistido las pruebas del tiempo. Las ideas del marxismo-leninismo viven y se materializan en la victoria de la Gran Revolución de Octubre  y en la construcción de la Dictadura Proletaria en la URSS, en los avances de los pueblos de los países socialistas como la Republica Democrática Alemana RDA, China y Cuba etc., en el acenso del movimiento comunista mundial y de la fuerzas de liberación nacional, su actual resistencia y lucha, pese a las condiciones de hegemonía que provocan las contradicciones interimperialista, así como en todas la revoluciones, rebeliones e insurgencias de los explotados a nivel internacional.

El marxismo-leninismo era y es la única ciencia exacta del comunismo, el arte insuperado de la dirección política en la obra revolucionaria de las masas para lograr su emancipación. La fidelidad al marxismo-leninismo, a su vivificante capacidad creadora, su aplicación innovadora, así como  consecuente a los diferentes momentos y condiciones de la lucha de clases, es la condición más importante y la garantía de los éxitos en la edificación comunista, en la lucha por los intereses y derechos de la clase obrera, de los campesinos y de todos los trabajadores explotados”.  

Lenin fue inspirador, constructor y guía de la Gran Revolución Socialista de Octubre, histórico hito y principal acontecimiento del siglo XX que cambió radicalmente el curso del desarrollo de toda la humanidad. El mérito más grande de Lenin, aunque no el único, consiste en haber fundamentado científicamente el plan de construcción del socialismo en el País de los Soviets, plan cuyos eslabones esenciales fueron la industrialización socialista del país, la colectivización de la agricultura y la industria, la revolución cultural y la justa solución del problema nacional.

En la lucha intransigente contra los trotskistas, los oportunistas de derecha y de izquierda, contra los revisionistas, los socialdemócratas y las desviaciones nacionalistas, el Partido Comunista mantuvo las grandes ideas de Lenin, las hizo realidad y consiguió éxitos de importancia histórica universal. Estos éxitos se fueron multiplicando con cada quinquenio y de un país atrasado y molido por el feudalismo, como era la Rusia zarista, la Unión Soviética se logró convertir en el más vigoroso Estado Proletario-Campesino-Popular que el ser humano ha conocido hasta ahora.

El principal instrumento que aseguró los éxitos en la construcción de la nueva sociedad y en el despliegue de la fecunda actividad de la clase obrera, de todos los campesinos y trabajadores del país de los soviets, fue el Estado de la Dictadura del Proletariado bajo la forma de Poder Soviético, organización política de todo el pueblo en la que la clase obrera junto con los campesinos y las masas populares desempeñan el papel recto. ¡El Estado socialista es el único capaz de asegurar y garantizar la auténtica libertad, la verdadera democracia y la igualdad de derechos de todos los trabajadores, naciones, comunidades, pueblos, razas, tribus y etnias!, conquistas imposibles e irrealizables en ningún país capitalista.


Debido a la gran complejidad y extensiva actividad política e ideología de Lenin a favor de los desposeídos este trabajo sería incapaz de recoger la inmensa cantidad de hazañas y victorias conseguidas por este gran revolucionario, por tal motivo tratamos (a partir del periodo de 1918) de recoger las enseñanzas y legado que nos ofrece su consecuencia, su análisis científico de la realidad, su elocuencia y sagacidad intelectual antes, durante y después de la Gran Revolución de Octubre, a pesar de que en la URSS el socialismo se construyó en una situación sumamente compleja y a ritmo acelerado, sin precedente en la historia, se superaron las dificultades relacionadas con el atraso, los intentos de las clases explotadoras derrocadas, la acumulación de fuerza de la burguesía y de la intervención militar extranjera para frustrar la construcción de una nueva vida.

Legado que cientos de miles de mujeres y hombres han recogido para darlo a conocer por cada país, fábrica, comunidad, hacienda, escuela, universidad y lugar por los que la decadencia, la ignorancia y bestialización de la explotación dominan rapaz y miserablemente.

VLADÍMIR ILICH ULIÁNOV “LENIN”.

EL GRAN ORGANIZADOR DE LA REVOLUCIÓN Y CONSRUCCIÓN SOCIALISTA.
EL Partido Comunista, con Lenin al frente, condujo audaz e intrépidamente al pueblo soviético a través de todas las calamidades acarreadas por el periodo del zarismo, el prerrevolucionario, la revolución de Octubre y por la guerra civil impulsada por los imperialistas y burgueses. Pero el paso a la situación de “paz” se vio acompañado de nuevas y gigantescas dificultades.

Los imperialistas no consiguieron destruir la Republica de los Soviets con la ayuda de las armas, pero la arruinaron tanto que, según expresión de Lenin, “cumplieron a medias su propósito”. La industria rendía la séptima parte de lo poco que daba antes de la guerra. Habían sufrido especialmente las empresas de las zonas en donde habían campado por sus respetos los guardias blancos y los invasores extranjeros. Debido a la falta de combustible y de materias primas no funcionaba la mayor parte de las empresas. Se producía menos de un kilogramo de hierro fundido y menos de un metro de tejido de algodón por habitante. El transporte ferroviario se hallaba completamente desorganizado. Los obreros pasaban hambre en las ciudades.

Estaba arruinada en extremo la agricultura. Durante la guerra civil y la intervención, las masas laboristas del campesinado habían apoyado al poder soviético, pues éste les había dado la tierra y libertad del yugo terrateniente. Habían soportado todas las penas y sacrificios sumándose a la defensa del comunismo mediante la guerra revolucionaria.

Pero cuando el país entró por el camino de la construcción "un poco más pacífica" (la URSS nunca de estar bajo el asedio del imperialismo de una u otra forma), los campesinos empezaron a expresar su descontento ante el sistema de contingentación  de víveres. Demandaban los artículos industriales indispensables para impulsar sus haciendas, pero no había posibilidad de proporcionárselos. Los campesinos querían disponer libremente de los productos de su trabajo, venderlos en el mercado y comprar a precios módicos los artículos industriales que les hacían falta. Ya que en el periodo de defensa del comunismo mediante la guerra revolucionaria esto no estaba prohibido.
Los enemigos del nuevo régimen se aprovecharon del descontento de los campesinos en especial algunos terratenientes que lograron escapar al imperio polaco y los mismos Panis derrotados en la guerra civil, incitándolos a alzarse contra el Poder Sovietico. En varios lugares de la Rusia Central, de Ucrania, del Don y de Siberia consiguieron provocar sublevaciones de kulaks, a los que se adhirió parte de los campesinos medios. En marzo de 1921 estallo una sublevación contra revolucionaria en Kronstadt.
En ese momento tan peligroso para el país, se manifestó con nueva fuerza la sabiduría de Lenin. El guía del partido y del pueblo propuso con audacia que se efectuara un viraje resuelto en la política económica del partido y del Estado soviético. La nueva política económica preparada por Lenin era el desarrollo del plan básico de la economía socialista trazado en 1918, en su folleto “Las tareas inmediatas del poder soviético”.  
Lenin explico que el restablecimiento de la economía nacional debía comenzar por el impulso de la agricultura, ya que esta no satisfacía en absoluto las demandas de pan y de materias primas para los centros industriales, la ciudad y el campo. Sin ello era imposible restablecer la industria y acumular los medios precisos para fomentar la industria pesada.
En el país predominaba como decía Lenin, la pequeña hacienda campesina. La clase obrera debía avenirse con los millones y millones de campesinos. Debía reeducarlos, concienciarlos e incorporarlos a la construcción del socialismo. Ahora bien, esto sólo podía lograrse mediante la nueva política económica. ¿En qué consistía, pues, la esencia de esa política? ¿Por qué se llamaba nueva?


Lenin propuso sustituir el sistema de contingentación de víveres con el impuesto en especie y permitir el comercio privado de los excedentes de cereales y de otros productos. Planteó al partido la tarea de organizar mejor el comercio y reestructurar las cooperativas. Exigió que los comunistas aprendieran a comerciar, que aprendieran a organizar mejor y en forma más barata que los capitalistas el suministro de mercancías a los obreros y campesinos. Cuando ello ocurra –decía Vladimir Ilich- los campesinos estarán interesados en producir más trigo, lo que, a su vez, impulsara el restablecimiento y desarrollo  de toda la economía nacional. La nueva política económica   –explicaba Lenin- ha de conducir a una consolidación de la alianza de la clase obrera y el campesinado, a la consolidación del poder soviético.
La nueva política económica aplicada por el Partido Comunista y el Estado Soviético era la única justa en el periodo de transición del capitalismo al socialismo. Al principio, la nueva política económica significo cierto repliegue, ya que admitía el comercio privado y la contratación de mano de obra, lo que podía suponer un resurgimiento parcial del capitalismo. Pero este repliegue era temporal y no entrañaba peligro para el régimen soviético. El poder se hallaba en manos de los obreros y los campesinos. La industria, la tierra, los bancos, los ferrocarriles y el transporte fluvial y marítimo eran propiedad del Estado de trabajadores.
En 1921 se celebró el X Congreso del Partido Bolchevique que adopto decisiones sobre problemas cardinales de la vida política y económica del país. Sus labores la dirigió Lenin, que pronuncio los discursos de apertura y clausura y presentó los informes sobre la actividad política del CC, la sustitución del sistema de contingentación por el impuesto en especie, la unidad del partido y la desviación anarcosindicalista, sobre los sindicatos y el problema del combustible . El congreso aprobó la propuesta de Lenin de pasar a la nueva política económica. Adopto también una resolución acerca de los sindicatos y determino su papel y sus tareas en las nuevas condiciones. Aprobó la indicación de Lenin de que los sindicatos debían ser una escuela de gobierno, de administración económica, una escuela de comunismo.
Lenin y Krúpskaya entre campesinos de la aldea de Káshino, subdistrito de Volokolamsk
(provincia de Moscú) Foto de 1920.
Las dificultades que experimentaba el país repercutieron también negativamente en la situación del Partido Comunista. A fines de 1920 el partido contaba en sus filas con más de 700,000 miembros. Los obreros constituían menos de la mitad, los campesinos, la cuarta parte, y el resto eran empleados, artesanos e intelectuales. Habían penetrado en el partido algunos ex mencheviques y ex eseristas. Parte de los miembros del partido eran políticamente inestables. Levantaron cabeza grupos antipartido encabezados por Trotski, Bujarin y otros fraccionistas que se manifestaban contra Lenin y contra la línea del partido en el problema del camino a seguir en la construcción del socialismo y en la cuestión del papel que debían desempeñar los sindicatos. Los oposicionistas infringían la disciplina del partido, trataban de escindirlo y de socavar sus fuerzas. “¡Ese es Trotsky! Siempre fiel a sí mismo; se revuelve, estafa, posa a la izquierda y ayuda a la derecha”                      –señalaba Lenin-
Lenin advirtió ese peligro. Atribuía una importancia decisiva a la unidad del partido, ya que en ella residía una de las fuentes principales de su fuerza. Planteó que en caso de surgir una escisión en el  partido, ello provocaría inevitablemente la desintegración de la alianza de la clase obrera y el campesinado, la caída del poder soviético y la restauración del capitalismo en Rusia.
Lenin llamo al X Congreso a prohibir en el partido la existencia y la actuación de toda clase de fracciones y grupos antipartido. El congreso adoptó una resolución, redactada por Lenin, sobre la unidad del partido y proclamo que sería expulsado de las filas del partido cualquier miembro, sin exceptuar a los del CC, que se hiciese responsable de actividad fraccionista. En 1921, Lenin propuso que se procediera a la depuración del partido. Reclamó que se depurara de todos los elementos extraños que se habían infiltrado en sus filas, de todos los comunistas deshonestos, políticamente inestables y burocratizados. Merced a la depuración, mejoro la composición del partido y se reforzó su unidad.

Una vez aprobada la ley de la sustitución del sistema de contingentación de víveres con el impuesto en especie, Lenin se preocupaba a diario por el cumplimiento de los acuerdos adoptados. Daba indicaciones para mejorar la producción agropecuaria y aumentar su rendimiento, apoyaba por todos los medios el carácter socialista en la agricultura, estudiaba atentamente la actividad de las haciendas del Estado (los Sovjoses), sector auténticamente proletario de la agricultura según expresión de Vladimir Ilich, apoyaba las haciendas colectivas, advirtiendo, al propio tiempo, que no debía haber precipitación en este problema.
Lenin escribió el folleto “Sobre el impuesto en especie” y los artículos “Con motivo del IV aniversario de la revolución de Octubre” y “Acerca de la significación del oro ahora y después de la victoria completa del socialismo” en los que explico detalladamente a los obreros y campesinos el sentido de la nueva política económica y señalo los métodos de su aplicación. Basándose en las indicaciones de Lenin, el partido desplego su labor para restablecer la economía nacional y mejorar la situación de las masas populares.
Discurso de Lenin en la fábrica Putílov. 1917 Del cuadro de I. Brodski.

Lenin desarrollaba una actividad infatigable y excepcionalmente multifacética. Se interesaba profundamente por el trabajo de la cuenca carbonífera de Donbáss, la industria petrolera de Bakú y la metalurgia. Más de una vez señalo la gran importancia económica de la Anomalía Magnética de Kursk. Bajo la observación personal de Lenin se construían las primeras centrales eléctricas. La autogestión financiera, la rentabilidad de la producción, el interés material de los trabajadores por los resultados de su trabajo, el estímulo por el ahorro de medios materiales y el perfeccionamiento de la producción, todo esto era para Lenin muy importante en el restablecimiento y desarrollo de la industria. Al propio tiempo estimaba indispensable elevar la conciencia de los trabajadores e inculcarles el sentimiento de responsabilidad y de preocupación por la tarea que se le encarga a uno. Lenin combatía resueltamente la actitud negligente respecto a la propiedad del Estado, así como la malversación de los recursos estatales.  El ahorro de los bienes públicos es una ley de la sociedad comunista y se expresa en la fórmula de Lenin: “En una época como esa, y para la sociedad auténticamente comunista eso es verdad siempre, cada pud de trigo y de combustible es un verdadero sanctasanctórum…”
El partido y el gobierno soviético se esforzaban por consolidar la dirección planificada y centralizada de la economía nacional, haciendo a la vez todo para fomentar la independencia e iniciativa locales. Las cartas G Krzhizhanovski, que a la sazón era el presidente de la Comisión del Plan del Estado, muestran con que profundidad calaba Lenin en el funcionamiento de dicha comisión y con qué insistencia exigía que la planificación estuviese vinculada a la vida y se basara en la ciencia, en la mejor experiencia práctica de las masas.
Pese a estar siempre muy ocupado, Vladímir Ilich sabía advertir lo más avanzado y lo que ofrecía las mejores perspectivas en el fomento de la ciencia y la técnica. Se interesaba vivamente por el empleo de las rozadoras en las minas de carbón del Donbáss, el método hidráulico de la extracción de turba, etc. Se han conservado muchos documentos que muestran su inmenso interés por los inventos, los descubrimientos y el gran apoyo que prestaba a los inventores y científicos.
Lenin dedicaba mucha atención a los problemas de organización de la administración y al funcionamiento del aparato estatal. Se sentía hondamente indignado con el formalismo, el papeleo y el relajamiento de los organismos administrativos. Al hacer constar ciertos casos de papeleo y formalismo en algunos departamentos centrales, Lenin escribía: “La maquinaria de la administración soviética debe funcionar bien, con precisión y rapidez”.
Vladímir Ilich tomaba parte activa en la preparación de la legislación soviética y luchaba por que se observara la legalidad revolucionaria. Se manifestaba resueltamente contra las reorganizaciones precipitadas e irreflexivas de los organismos administrativos. “Les tengo un miedo cerval a las reorganizaciones” – escribía en enero de 1922-. Recomendaba que primero se experimentara en la práctica toda medida de importancia antes de implantarla como ley. Decía que al legislar es preciso obrar “con triple circunspección”. ¡Mide siete veces antes de cortar!
Lenin conocía mejor que nadie los cuadros de los organismos soviéticos y del partido. Apreciaba en ellos la fidelidad al comunismo, el profundo conocimiento de causa, la firmeza en la aplicación de la línea del partido a la par de la flexibilidad, sensibilidad y atención para con la gente.
Lenin ante el Soviet de soldados.

Estimaba útil el envió de los cuadros del partido a trabajar en la dirección de los distintos sectores de la economía y señalaba que “es preciso reforzar el personal del CC y acercarlo a las organizaciones locales”, proponía que los “dirigentes de la economía (del CC) activaran la labor de los organismos locales, controlaran su funcionamiento y les dieran las instrucciones pertinentes”.  El partido se guio siempre por estos principios Lenin censuraba acerbamente la administración burocrática, la grosería respecto de los compañeros y subalternos. Una vez (en marzo de 1919), al tener noticia de que A. Pravdin (miembro del consejo de Comisarios de Pueblo del Interior) había procedido groseramente, propuso a G. Petrovski que castigara con severidad Pravdin controlara su actividad por cuanto mostraba “inclinación hacia el necio “ordeno y mando””.
Lenin recomendaba que al apreciar los cuadros se prestara oído a la opinión de los trabajadores. La masa trabajadora –escribía- intuye con extraordinaria sensibilidad la diferencia entre los comunistas honrados y leales y los que inspiran repugnancia, al hombre que gana el pan con el sudor de su frente, que no tiene privilegio alguno, que no tiene “acceso a los jefes”.  
El intenso trabajo y la grave herida en 1918 (una de las balas disparadas por la contra revolucionaria anarquista Franz Kaplan no había sido extraída todavía) socavaron la salud de Vladímir Ilich. A partir del invierno de 1921, a instancias de los médicos, Lenin tuvo que interrumpir con frecuencia el trabajo, para curarse y descansar. En 1922 empeoró considerablemente su estado de salud. No obstante, pese a la enfermedad, se ocupaba diariamente de los asuntos del Estado.
En marzo de 1922, Lenin hablo en el XI Congreso del Partido. En el informe político del CC, Vladimir Ilich dio una apreciación del primer año de aplicación de la nueva política económica. Hizo notar con satisfacción que había comenzado un ascenso en todos los sectores de la economía nacional, que se había consolidado la alianza de la clase obrera y el campesinado. Lenin critico duramente los defectos en el trabajo. Su discurso fue un ejemplo de crítica y autocrítica bolcheviques, encaminadas a mejorar la actividad de los organismos de la administración soviética, del partido y de la economía. Lenin declaro que había terminado el repliegue y que se debía organizar la ofensiva contra los elementos capitalistas. Al detenerse en el papel del partido en la construcción de la nueva vida, Lenin expreso que no habría  fuerzas en el mundo capaces de arrebatar las conquistas de la Revolución Socialista de Octubre, ya que tales conquistas adquirían una trascendencia histórica universal. Fue éste el último congreso del partido en el que Lenin hablo.
Lenin se trasladó al poblado de Gorki, en las inmediaciones de Moscu, para pasar el verano. A fines de mayo se agravó mucho su estado de salud. Después de reponerse un poco, Vladimir ilich reanudo, a mediados de julio, la correspondencia sobre los asuntos de trabajo y pidió que se le mandasen libros. Las publicaciones que Lenin utilizo en Gorki se hallan allí hoy día: 32 periódicos distintos, 137 revistas en diversas lenguas y ¡muchos libros!
Lenin en Gorki. 1922.

De todos los confines del país, los obreros y campesinos enviaban a Vladimir Ilich emocionados saludos, en los que expresaban su ardiente cariño y le deseaban un pleno restablecimiento. Los obreros de la fábrica No. 1 de Goznak (Moscú) adoptaron la siguiente posición: “Concederle a Vladimir Ilich un permiso de tres meses y exigirle que cumpla inmediatamente las prescripciones de los médicos, a fin de restablecer sus fuerzas para bien de los trabajadores”.
Los campesinos de subdistrito de Muchkap (distrito de Borisoglebsk, provincia de Tombov) escribieron: “muy querido maestro y camarada: Nosotros, los delegados al Congreso del subdistrito, en nombre de 15.000 campesinos, te transmitimos nuestro deseo de que te restablezcas definitivamente lo más pronto posible. Nuestros vecinos nos preguntan cuándo volverás a firmar los decretos sobre nuestro bienestar. Nosotros… te rogamos que no te levantes de la cama antes de lo debido; te deseamos que descanses y te cures por completo”.
En octubre, Lenin se incorporó al trabajo. Presidio el Consejo de Comisarios del Pueblo, tomó parte en la actividad del CC partido y pronuncio discursos. 
En el IV Congreso de la Internacional Comunista, Lenin hizo el 13 de noviembre de 1922 el informe “Cinco años de la revolución rusa y perspectivas de la revolución mundial”, en el que expuso a los delegados lo que había logrado el Poder Soviético sobre la base de la nueva política económica. Merced al Partido Comunista y al heroico trabajo de las masas populares, la Republica de los Soviets –decía Lenin- logró sobre la base de la nueva política económica un ascenso general de la economía. Se consolidó el sistema financiero, mejoró el comercio, la economía campesina cobró vigor, se avanzó en el restablecimiento de la industria ligera, se perfiló cierto viraje en el estado de la industria pesada, mejoro la situación de los obreros y se lograron algunos éxitos en el fomento de la cultura. Lenin atribuyó estos adelantos a la justa política del Partido Comunista y del Estado Soviético.
Lenin concluyó el informe invitando a los delegados al congreso a que aprendiesen “con espíritu creador, y no dogmático”, la experiencia del Partido Bolchevique y las enseñanzas de la revolución rusa.
Lenin. 1918.

El 20 de noviembre de 1922, Lenin pronunció un discurso en el Pleno del Soviet de Moscú. Habló de la situación en que se encontraba el país después de la derrota de los guardias blancos y las tropas intervencionistas, señaló las tareas que se plateaban al pueblo y las vías y métodos de cumplirlas y exhortó a administrar racionalmente la economía, Subrayó con particular fuerza el papel del partido en la construcción de la sociedad socialista. Vladimir Ilich expresó su confianza y seguridad ilimitadas en que “de la Rusia de la NEP saldría la Rusia Socialista”. Este discurso fue el último discurso público de Lenin.
Lenin dedicaba mucha atención al fortalecimiento de la amistad entre los pueblos. Siempre luchó contra la explotación, la opresión y la desigualdad nacionales, tan convenientes para los explotadores. Después  de la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, Lenin se preocupó constantemente del desarrollo de las repúblicas nacionales, viendo en la amistad entre los pueblos la base de la firmeza del Estado Soviético. Planteó  la tarea de unir las repúblicas soviéticas para formar un estado federal único. Escribió a los miembros del Buró Político del CC del PC(b) de Rusia las cartas “Acerca de la formación de la URSS y Acerca del problema de las nacionalidades o de la “automatización””, en las que expuso las bases de la unificación de las repúblicas: la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, unión voluntaria de naciones iguales en derechos e independientes, basada en los principios del internacionalismo proletario, el ejemplo de unidad más grande que la humanidad ha logrado conseguir en la historia del mundo entero. Era un Estado multinacional nuevo, sin precedente en la historia, basado en la amistad de los pueblos. Lenin veía en ello la fuente de la fuerza indestructible del Estado soviético.

El I Congreso de los Soviets de la Unión (diciembre de 1922) acordó construir la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Lenin ya estaba enfermo y no asistió al congreso. Pero todas las labores del mismo, la Declaración y el Tratado federal de formación de la URSS fueron un reflejo claro de sus indicaciones, estuvieron penetrados de la idea de la igualdad de derechos y la colaboración fraternal de los pueblos. Lenin fue elegido Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS.
En diciembre de 1922, la enfermedad de Vladimir Ilich empeoró, pero en enero y febrero de 1923 mejoró algo. En ese periodo dictó sus conocidos y últimos artículos: “Carta al Congreso, Páginas del Diario, Sobre las Cooperativas, Nuestra Revolución, Como tenemos que reorganizar la inspección Obrera y Campesina y Más vale poco y bueno”.
La voluntad inquebrantable, la conciencia de la responsabilidad y la preocupación del porvenir de la Patria, por el desarrollo del País de los Soviets, le dieron a Lenin fuerzas para superar los padecimientos causados por la enfermedad y hacer lo que parecía estar fuera de las posibilidades humanas: crear, pese a la grave enfermedad, tan sólo en mes y medio, toda una serie de notables artículos.
La importancia de las últimas cartas y artículos de Lenin es pocas veces apreciada en todo su esplendor tanto ideológico, como político y científico. Estrechamente relacionados entre sí, constituyen, en esencia una sola obra en la que Lenin desenvuelve las conclusiones y tesis expuestas en sus trabajos y discursos anteriores, culmina la elaboración del magno plan de construcción del socialismo en la URSS y describe en forma generalizada el programa de la transformación socialista de Rusia a la luz de las perspectivas generales del movimiento mundial de liberación.
Lenin estimaba que Rusia disponía de todo lo necesario y en cantidad suficiente para construir el socialismo. La tarea principal, según indicaba Lenin, consistía en restablecer y seguir desarrollando la industria, particularmente la pesada, acabar con el atraso técnico de la economía y alcanzar el nivel de los países más avanzados del mundo. Para ello era necesario llevar a cabo la industrialización y la electrificación del país y elevar la productividad del trabajo colectivo.
Lenin consideraba que para construir el socialismo era indispensable reforzar la alianza de la clase obrera y el campesinado. La clase obrera debía concientizar a los campesinos e incorporarlos a la construcción del socialismo, ayudar a los campesinos a reorganizar su economía desperdigada, pequeña e individual para formar grandes  haciendas colectivas y mecanizadas. La única vía para incorporar al campesinado a la construcción del socialismo era la cooperación. En la cooperación se podían conjugar los intereses personales del campesino con los intereses generales del Estado y de toda la sociedad. El estado Soviético debía ayudar a los campesinos a organizar la cooperación, facilitarles tractores, y otras máquinas agrícolas. Ya en 1919, en el informe sobre el trabajo en el campo, presentado al VIII Congreso del partido, Lenin había dicho que si se pudieran dar al campo cien mil tractores y tractoristas de primera clase, los campesinos se pronunciarían a favor del comunismo.

Para Lenin, la construcción del socialismo iba unida a la revolución cultural. Era una tarea de máxima importancia. Vladimir Ilich proponía no escatimar recursos en el fomento de la instrucción pública. Planteo al partido la tarea de acabar con lo antes posible con el analfabetismo, ampliar la red de escuelas primarias, medias, especiales y superiores, fomentar todas las ramas de la ciencia y crear una intelectualidad propia, popular.
El Estado proletario es –enseñaba Lenin- el instrumento fundamental para construir el socialismo. El Poder soviético destruyo el viejo aparato estatal y creó un aparto nuevo, soviético, incorporando a las masas trabajadoras en gran escala a su funcionamiento. Esto constituyó una enorme conquista histórica. Pero, al principio, algunos eslabones de este aparato funcionaban mal. Los jóvenes cuadros de los Soviets todavía no tenían experiencia de trabajo en el aparato de Estado. Lenin enseñaba infatigablemente a las masas cómo se debía gobernar el Estado, cómo se debía administrar y resolver los asuntos. Luchaba resueltamente contra el burocratismo, la indiferencia ante las necesidades y los intereses de los trabajadores y el formalismo. Valdimir Ilich mismo daba el ejemplo personal de organización. Las reuniones del Consejo de Comisarios del Pueblo, que se celebraban bajo su presidencia, tenían siempre un carácter práctico y concreto. Lenin llegaba siempre puntualmente, sin tardar un minuto. A los oradores se les concedían de 3 a 5 minutos. Lenin exigía que cuando se hiciese uso de la palabra sólo adujeran cifras y hechos exactos, comprobados, y se hicieran propuestas claras. No toleraba frases generales, declaraciones vagas o informaciones confusas e inexactas. Escuchaba con atención las intervenciones de los representantes de los distintos organismos locales y la opinión de los trabajadores de las filas. Proponía gustoso a nueva gente para formar parte de las distintas comisiones y les encomendaba tareas especiales.
Lenin cn maquillaje y peluca Foto de agosto de 1917.

Lenin apreciaba y estimulaba el espíritu colectivo en el trabajo. Consideraba que “es incorrecto resolver los problemas importantes de un modo unipersonal, sin el examen del CC del partido o del Consejo de Comisarios del Pueblo. Se debe procurar siempre que se estudien los problemas en todos sus aspectos y se resuelvan colectivamente”, El trabajo colectivo lo consideraba el principio más importante de la dirección del partido y del Estado.
Y ese principio jamás se infringía en la vida de Lenin. Hasta en los años de guerra civil, cuando era extraordinariamente difícil convocar los congresos, éstos se celebraban anualmente: el VII, en 1918; el VIII, en 1919; el IX, en 1920; el X, en 1921, el XI en 1922. En el XII Congreso celebrado en 1923, Lenin no estuvo debido a su enfermedad, pero la magna reunión se siguió por sus indicaciones.
Al propio tiempo, Lenin explicaba que la dirección colectiva no excluye, sino que presupone la rigurosa responsabilidad personal por la tarea que se le encarga a uno. Exigía que todos los funcionarios de la administración soviética y del partido dieran muestra de iniciativa en su actividad, de elevado sentido de la responsabilidad personal, y que comprobaran minuciosamente el cumplimiento de las leyes y disposiciones del Poder Soviético, que comprobaran lo que resulta en la práctica, como le placía decir. Era particularmente exigente con los comunistas, que como decía reiteradas veces Lenin: son representantes del Partido Bolchevique y a base de su conducta el pueblo se forma una idea de todo el partido, esto nos obliga a dar un buen ejemplo en todo y en todas partes. Los miembros del Partido no gozan de ventajas ni privilegio alguno en comparación con los demás trabajadores, no tienen más que mayores deberes.
Lenin Foto de 1910.
Al poner con agudeza y profundidad, las deficiencias en el funcionamiento de las instituciones soviéticas, Lenin exigía que se extirpasen resueltamente los vestigios del pasado, que se expulsara de los organismos oficiales cuanto hubiese de superfluo. Insistía en que se simplificara, abaratara y redujera el aparato de Estado. Enseñaba a mantener una actitud nueva, socialista, ante el trabajo, ante los deberes y a cumplir estrictamente las leyes soviéticas. Luchaba contra la concusión, esa herencia maldita, como solía decir, del zarismo. Ese mayo de 1918, Lenin propuso a D. Kurski, comisario del Pueblo de Justicia, que preparase una ley de severos castigos para los casos de concusión.
Al mismo tiempo que exigía una rigurosísima disciplina de los funcionarios de los organismos de la administración soviética y del partido, Lenin daba ejemplo personal de disciplina. Para él era una ley el cumplimiento de lo acordado por el partido y exigía lo mismo de los demás. Decía que quién viola la disciplina del partido, ayuda a los enemigos del mismo.
Las leyes soviéticas y las normas de convivencia socialista son obligatorias para todos, manifestaba Lenin. No admitía que se alterasen las reglas en favor de nadie. En mayo de 1918, hizo una severa amonestación al jefe administrativo del Consejo de Comisarios del Pueblo por haberle aumentado el salario por propia iniciativa.
Cuando Vladímir Ilich tuvo necesidad de ciertas obras de la Biblioteca Rumíantsev (después biblioteca Lenin), pidió que se le mandasen, haciendo la reserva de que si, de acuerdo con las disposiciones, no se permitía sacar tales libros, se le concedieran por una noche nada más cuando la biblioteca estuviese cerrada.
Vladimir Ilich poseía excelentes cualidades humanas: era modesto, sencillo y atento para con los demás. No toleraba alabanzas y elogios a su nombre. Cuando cumplió 50 años, los comunistas de Moscú decidieron celebrar el aniversario. Lenin llego al final de la reunión. A instancias de los reunidos, pronuncio un breve discurso que dedicó por entero al partido. En su intervención advirtió a los comunistas contra el peligro del engreimiento y llamo al partido a que centrara la atención en los problemas que no estaban resueltos.
Lenin era intransigente para con los enemigos del socialismo, se atenía estrictamente a los principios y exigía responsabilidad a los infractores de disciplina estatal, de partido o que no cumplían concienzudamente su trabajo. Decía que era necesario corregir diez veces, pero lograr a todo trance el cumplimiento de la tarea planteada.

Vladímir Ilich prestaba siempre mucha atención a las cartas y quejas de los trabajadores, cosa que enseñaba y exigía a todos los funcionarios del aparato estatal. Pedía que le informasen en el plazo de 24 horas de las reclamaciones por escrito y en el plazo de 48 horas, de las quejas verbales. Obligaba a que se verificaran detalladamente cómo se cumplían los acuerdos adoptados con motivo de las quejas.
Enseñaba que se debía estar siempre con ojo avizor y vigilante, reforzar la defensa del país y cuidar del Ejército Rojo como de la niña de los ojos. Lenin tenía confianza absoluta en que el socialismo, como régimen más avanzado que el capitalismo, habrá de vencer, a fin de cuentas, en todos los países.
Entre los últimos trabajos figuran “La carta al congreso” a la que se le dio lectura ante los delegados XIII Congreso del Partido en Mayo de 1924. Lenin subrayo otra vez en ella la necesidad de mantener la unidad del partido. Consideraba que la condición más importante para mantener la unidad del partido era la cohesión y estabilidad del Comité central. En “La carta al congreso” Lenin proponía aumentar el número de miembros del CC hasta varias decenas, o incluso hasta cien personas. Esta medida, apuntaba Lenin era indispensable para elevar el prestigio del CC como organismo colectivo “para evitar que los conflictos de pequeñas partes del CC puedan adquirir una importancia excesiva para los destinos del partido”. La carta estaba penetrada de preocupación por la unidad y la fuerza del partido Trotski se manifestó en contra del plan leninista de reforzar el CC del partido y aumentar el número de sus miembros pero el CC rechazo su planteamiento. En la carta, Lenin examino el problema de la estabilidad del partido desde el punto de vista de las cualidades personales e varios miembros del CC y dio las correspondientes características de Zinóviev, Kámenev, Trotski, Bujarin y Piatakov.
Lenin en la Plaza Roja el 7 de noviembre de 1919.

Lenin señalo que la conducta capituladora de Kámenev y Zinóviev antes de la revolución de Octubre no había sido casual. Recordó el “no bolchevismo” de Trotski, su lucha contra el CC y lo caracterizo de hombre demasiado presuntuoso y demasiado atraído por el aspecto puramente administrativo de los asuntos. Está con nosotros pero no es de los nuestros –decía Lenin.
A mediados de verano sobrevino cierto mejoramiento. El 18 y 19 de octubre, Lenin estuvo en Moscú. N. Krupskaya recordaba: “… De súbito se dirigió al garaje tomo el coche e insistió en ir a Moscú una vez en el Kremlin, recorrió todas las habitaciones entro en su despacho, estuvo en la sala de Sesiones del Congreso de Comisarios de Pueblo, luego quiso dar una vuelta por la ciudad, pasamos al lado de la exposición agrícola. Puso en orden sus cuadernos, recogió tres tomos de Hegel y se los llevó consigo… Al día siguiente comenzó a apresurarse para volver a Gorki…”.
Lenin en Gorki.

A principios de noviembre de 1923 visito a Vladímir Ilich en Gorki, una delegación de Obreros de la fábrica de Glújovo, que llevo consigo 18 platones de guindo. Condujeron a la delegación a la antesala. Se abrió la puerta, y Vladímir Ilich salió, risueño, a recibirla. Al aproximarse saludo a todos. Pasados unos cinco minutos los delegados comenzaron a despedirse abrazando y besando a Lenin. El último fue el obrero sexagenario Kuznetsov. Estuvieron abrazados unos dos minutos el anciano Kuznetsov, repetía sin cesar.
-Soy obrero forjador, Vladímir Ilich, soy forjador. Forjaremos todo lo que has concebido.
Al quedarse sólo Vladimir Ilich leyó y releyó hasta muy entrada la noche el mensaje de los obreros de Glújovo. Fue esta la última entrevista de Lenin con los obreros.
El 21 de Enero de 1924, al anochecer, a las 6 h. 50m. Falleció Lenin de un derrame cerebral, en la misma fecha por la noche, se reunió el Pleno del Comité Central. El CC del Partido dirigió un llamamiento al pueblo, en el que decía: “Ha muerto el hombre bajo cuya dirección combativa nuestro partido, envuelto en el humo de la pólvora, enarbolo con mano recia la Bandera Roja de Octubre en todo el País, barrio la resistencia de los enemigos y consolido firmemente el dominio de los trabajadores en la que fue Rusia Zarista. Ha muerto el fundador de la Internacional Comunista, el líder del comunismo mundial, el amor y el orgullo del proletariado internacional, la Bandera del Oriente Oprimido, el dirigente de la Dictadura Obrera en Rusia”.

La dolorosa noticia se propago rápidamente por el país y por el mundo entero. El 22 de Enero M. Kalinin Presidente del Comité Ejecutivo Central, comunico la noticia de la muerte de Lenin a los delegados al XI Congreso de los Soviets de Toda Rusia.
El 23 de Enero fue trasladado de Gorki a Moscú el féretro con el cadáver de Lenin y colocado en la sala de las columnas de la Casa de los Sindicatos, por espacio de cuatro días, a pesar de las rigurosas heladas, centenares de miles de obreros y campesinos, soldados rojos y empleados, delegaciones de trabajadores de todos los confines de la unión soviética, adultos y niños pasaron, día y noche por la sala de las columnas para rendir el último homenaje al gran Lenin . El dolor del pueblo era ilimitado. El 26 de Enero se celebró en el teatro Bolshói una sesión del II Congreso de los Soviets de la URSS consagrada a la memoria del gran guía y maestro de los trabajadores. El primero en hacer uso de la palabra fue M. Kalinin, presidente de CEC de la URSS. Kalinin dijo que el gobierno soviético seguiría invariablemente las indicaciones de Lenin en toda su política tanto interior como exterior. N. Krupskaya que también hablo concluyo su discurso con un llamamiento a todos los trabajadores del país, a todos los desheredados del mundo, a que se unieran bajo la bandera del comunismo.

En el Congreso hablaron entre otros J. Stalin, C. Zetkin y N. Narimánov. En nombre de los obreros de la fábrica Krasny Putílovets hablo A. Sergéev; de los campesinos sin partido, A. Krayushkin; del ejército rojo, K. Boroshílov; de la juventud, P. Smorodin, y los hombres de ciencia el académico S. Oldenburg.
El Congreso adoptó el acuerdo de perpetuar la memoria de Lenin y se dirigió con un mensaje a la humanidad trabajadora. Subrayó que el mejor monumento a Lenin sería la propagación masiva de sus obras, que llevan las ideas del comunismo a todos los pueblos del mundo.
A petición de los obreros de Petrogrado, el congreso aprobó la decisión de dar el nombre de Leningrado a esa ciudad.
El 27 de enero, a las 4 de la tarde, se realizó el entierro de Lenin. El ataúd fue depositado en el Mausoleo construido especialmente para ese fin en la Plaza Roja.
El pueblo soviético se despidió de su Gran Camarada, lleno de profundo dolor. El proletariado internacional en todo el mundo suspendió todos los trabajos durante cinco minutos. Se detuvieron los automóviles y los trenes, se interrumpió el trabajo en las fábricas: los trabajadores de todo el planeta tierra se despedían de Vladímir Ilich Lenin, su camarada, su padre y maestro, su mejor amigo y defensor.

La muerte de Lenin fue una gran pérdida para el partido, la clase obrera del País de los Soviets y todo el movimiento comunista y obrero internacional. Para compensar, en lo posible, esa enorme pérdida, el partido cerró filas aún más estrechamente en torno al Comité Central, y la clase obrera, las masas trabajadoras en torno al partido de Lenin. Decenas de miles de obreros sin partido manifestaron su deseo de ingresar en el Partido Comunista como nunca antes en la historia. El CC anunció la promoción Leninista de obreros industriales. En unas cuantas semanas engrosaron las filas del partido más de 240,000 trabajadores.
Siguiendo consecuentemente los legados de Lenin, manteniéndose fiel a su pensamiento científico, el Partido Comunista fundado y forjado por él, condujo al pueblo soviético a través de planificaciones quinquenales colectivas de la economía por el camino que señalara el Gran Camarada.  
Los trabajos de Lenin constituyeron una etapa superior, la etapa Leninista, el desarrollo del marxismo en la época histórica contemporánea.

Vladímir Ilcih Lenin legó al Partido Comunista de la Unión Sovietica, al movimiento comunista internacional y a toda la humanidad explotada, desheredada, oprimida y desposeída el marxismo-leninismo, incomparable y magnifica ciencia revolucionaria, manantial inagotable de ideas y acciones revolucionarias que seguirán enarbolando miles de millones de trabajadores y explotados en todo el mundo y a lo largo del tiempo hasta acabar definitivamente con la explotación asalariada del hombre por el hombre, con la acumulación privada de los medios de producción esenciales para la vida del ser humano, así como con toda la injusticia, desigualdad, precarización y barbarie delirantemente indigna que imperan dentro del capitalismo imperialista.
“¡La dictadura del proletariado! Palabras que hasta la fecha sonaban en latín para las masas. Merced a la propagación del sistema de los Soviets por todo el mundo, este latín se ha traducido a todas las lenguas modernas; LAS MASAS OBRERAS HAN DADO CON LA FORMA PRÁCTICA DE LA DICTADURA”.
Lenin.